Fernando Manzanilla Prieto ya tiene una ruta crítica: sino es el candidato a la alcaldía al menos (y eso es casi un hecho) será diputado local. Y para ello ya comenzó a trabajar. Todos los días se reúne con los aliados que construyó desde hace décadas y que operaron en las elecciones del 2018 y 2019 a nivel local.
Además, Manzanilla no piensa pelearse con la cuarta transformación poblana, mantiene una relación de respeto hacia el gobernador Miguel Barbosa a quien lo considera “un político profesional”; tampoco guarda rencor contra algunos de la 4T que al parecer nunca hizo química con ellos y todo indica que le quisieron meter el pie.
Por eso, la semana pasada cuando fue entrevistado en Radio Fórmula declaró que él entendía su salida como parte de que él no era del equipo de Barbosa. Es más, a su favor hay que decir que ya no es impulsivo, arrebatado como cuando llegó a Puebla en 1998 y asumió la subsecretaría de Egresos con Melquiades Morales.
A Manzanilla se le ve más relajado y con un proyecto político. No guarda rencores contra quienes le quisieron hacer guerra sucia en el pasado reciente, pues dice que entiende el juego político y las reglas no escritas. Manzanilla tiene un futuro pues de entrada el uno de febrero se regresará al Congreso de la Unión pero la mayor parte del tiempo estará en Puebla.
Parte de su trabajo será concentrarse en recuperar esos liderazgos regionales de otros partidos que los habían convencido de que se sumaran a apoyar a Morena en estos nuevos tiempos y que ahora se sienten un poco huérfanos.
De hecho su salida de Gobernación la semana pasada, fue de terciopelo, pues hasta el propio Barbosa Huerta lo trató bien y advirtió que no había conflicto con él. Hasta donde se sabe, el propio Manzanilla iba a renunciar el 28 de este mes una vez concluidas las comparecencias en el Congreso del estado.
No obstante, los tiempos políticos se aceleraron. Llegaron los cambios. Y entendió las señales, quizá por eso, nadie se le fue a la yugular como se esperaba, pues hasta su sucesor David Méndez Márquez le dio un buen trato.
Hoy Manzanilla está suelto.
La alcaldía en el 2021 es una posibilidad, pero en la realidad es más viable que aparezca en las boletas por la vía uninominal y plurinominal. Al fin y al cabo el propio gobernador Barbosa necesita un aliado al cien por ciento en la próxima legislatura que sepa negociar con todos ya que como ya se ha visto, Morena no la tiene fácil en el 2021, por muchas variables.
¿Quién buscaría la alcaldía de Puebla en el 2021?
El más viable es Gabriel Biestro y ayer -el periodista Alejandro Mondragón- sugirió que Alejandro Armenta Mier, a quien no hay que borrar. Está Olivia Salomón y los que se sumen en estos días.
Insistimos, la ventaja para Morena es que en el panismo no se han sabido poner de acuerdo.
Están totalmente divididos y la opción que les quedaría sería voltear los ojos hacia Tony Gali, porque sus cartas están totalmente echadas a perder. Aunque Eduardo Rivera sea el puntero de ese grupo, quiere que le caiga la candidatura con dinero y votos del cielo, pero eso será parte de otra historia en otras Crónicas Marcianas.
Foto: Es Imagen / Jafet Moz
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