El domingo 24 de febrero se realizará la entrega número 91 del Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Aun a días de realizarse ya ha causado suficientes problemas y se ha convertido en una de las más atribuladas en la historia.
Será una entrega sin conductor titular. Kevin Hart decidió declinar la invitación que recibió al resaltar que en el pasado había publicado algunos mensajes en Twitter que resultaban ofensivos para la comunidad LGBT y que no quería que el regreso de esa situación opacara la entrega de premios en sí.
Posteriormente la Academia mencionó que en afán de mantener la entrega en un máximo de tres horas no habría números musicales de todas las canciones nominadas, solamente de Lady Gaga y Bradley Cooper lo cual fue mal recibido por las otras canciones nominadas, la Academia reculó y todas las canciones serán interpretadas.
Justo la semana anterior dieron a conocer que cuatro categorías decididas aparentemente al azar sería entregadas en los cortes comerciales y los discursos de recepción serían editados y transmitidos durante la ceremonia en vivo.
Las categorías que se seleccionaron fueron maquillaje y peinado, edición, fotografía y cortometraje.
La reacción de muchos no se hizo esperar. Resulta ilógico hacer esta selección dando a entender que las mencionadas categorías resultan de menor interés.
Para el viernes la Academia había reculado y decidido que todas las categorías serán transmitidas en vivo el próximo domingo.
Lo cierto es que el público ha ido disminuyendo año con año no solamente en la entrega del Oscar pero en todas las entregas de premios, incluso en el medio tiempo del SuperBowl.
Quizá el tiempo de atención de las nuevas generaciones está muy acostumbrado a los contenidos de YouTube o de redes sociales que son solamente de algunos minutos.
Pretender que las nuevas generaciones se aferren al televisor por tres horas o más es simplemente impensable.
¿Será que las entregas de premios como las conocemos están por acabar?
Sea como sea, esta entrega se ha convertido en una de las más criticadas aun antes de transmitirse.
Lo único que merece la pena para los mexicanos es disfrutar el tiempo que dure la transmisión y apoyar las 10 categorías en las que ha sido considerada la película ‘Roma’ para llevarse la estatuilla.
En este sentido confieso que nada me gustaría más que Yalitza Aparicio se llevara a casa el premio como mejor actriz y se lo dedicara a todos sus detractores que, seguramente, se retorcerán como lombrices.
Soñar no cuesta nada.