Como le dijimos en la anterior entrega, las guerras que se avecinan ya serán otras.
Una de ellas ya empezó poco a poquito con la alzadera de manos por la dirigencia del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Puebla.
Gabriel Biestro, Claudia Rivera y Luis Alberto Arriaga, ya se apuntaron.
Pero podría haber un caballo negro en la carrera, a quien pueden ver con buenos ojos y sería sinónimo de apertura: Karina Pérez Popoca.
Aunque la aún alcaldesa sanandreseña no ha alzado la mano públicamente, en los corrillos políticos de Morena, empieza a salir su nombre.
El tiempo y las circunstancias ya lo dirán.
Se dice que el tiempo del barbosismo en el partido está en puerta.
Los acuerdos
Mientras tanto, empiezan las reuniones, acuerdos internos y algunos hasta forzados, con diputados locales electos.
Carlos Evangelista, quien aún no ha llegado a la curul que se auto regaló, ya está tratando de llevar a su redil a diputados electos, a quienes les está tratando de cobrar la factura desde ahorita.
Incluso, ha estado trabajando en su imagen en algunos medios de comunicación, con una buena inversión monetaria, para justificarse y afirmar que goza de un patrimonio político consolidado,
Y eso que apenas hace unos meses era un ilustre desconocido en la política poblana.
De este modo, piensa hacer mancuerna en el Congreso con Edgar Garmendia, quien también se auto regaló su diputación plurinominal.
Todo con el objetivo ahora de adueñarse del Poder Legislativo.
Ambos, es obvio que no cuentan con las tablas para llevar a cabo la responsabilidad de legislar, sino supieron llevar a buen puerto a su partido, en una fracasada elección de Morena en Puebla.
El reto de la siguiente legislatura del Congreso del Estado es trabajar con el gobernador Miguel Barbosa y sacar adelante las reformas que hoy Puebla necesita.
Pero ambos no son bien vistos desde Casa Aguayo y eso todo mundo lo sabe.
Tiempo al tiempo.
El candidato valiente
Entre todas las guerras que se avecinan, no hay que perder de vista a Eduardo Castillo López, diputado electo por el distrito 23 de Acatlán de Osorio, el más grande del estado y uno de los más amplios del país.
Se dice en los corrillos políticos que su figura está creciendo mucho, sobre todo por ser un joven que logró vencer a Antorcha Campesina en una de las zonas más difíciles de Puebla.
Demostró ser muy buen estratega y que sabe hacer política.
Por eso mismo los reflectores políticos han volteado hacía él, luego de que no se amedrentó por serias amenazas y agresiones que recibió de los antorchos y hasta contra grupos delincuenciales de la zona.
Para Lalo Castillo, como le conocen en la zona mixteca, resultó difícil hacer campaña, luego de que era riesgoso hasta salir a las calles con su equipo a pedir el voto.
Las salidas las tenía que hacer a las 4 de la mañana, para que nadie los viera y regresar a sus casas acompañados de una significativa cantidad de personas, para evitar problemas ante las amenazas.
Le llegaban constantemente cartas anónimas exigiendo que dejara la elección o se atuviera a las consecuencias.
Pero su equipo y la misma gente de la zona lo protegió, hasta convertirse en una especie de vallas humanas.
Así, en medio de esa presión obtuvo el triunfo, por lo que ahora con la experiencia que agarró, su figura crecerá pronto.
Tiempo al tiempo.