Desde ayer trascendió en medios nacionales que en la Auditoría Superior de la Federación (ASF) se negaron a recibir al auditor poblano Francisco Romero Serrano, quien intenta atender en esas instancias un asunto relacionado con el manejo de recursos de la capital del estado.
El titular de la Auditoría estatal pretende reunirse con David Colmenares Páramo para aclarar las sospechas de que la administración municipal de Claudia Rivera Vivanco lo está favoreciendo con contratos millonarios; repetimos la palabra: Mi-llo-na-rios. Esto a cambio de que las cuentas públicas de la alcaldesa se aprueben sin que se realicen mayores observaciones ni irregularidades.
De hecho, el periódico El Universal reveló ayer jueves que existe un caso documentado de un negocio para Romero Serrano por 8.2 millones de pesos, en el que el Ayuntamiento contrató servicios de una empresa cercana al Auditor para instrumentar el programa sanitario ´Sentirse Bien’.
Y vaya que de ser cierta la especie se sienten bien. Con ocho millones al año cualquiera se sentiría no solo bien sino muy tranquilo. Y en pleno Covid con crisis sanitaria y económica.
La relación de este negocio con el funcionario es tan evidente que hasta la encargada de configurar y enviar cotizaciones para los servicios de sanitización, pruebas de laboratorio y cabinas para atención médica fue directamente Luz Aida Deloya Cobian, secretaria particular del titular de la ASE Puebla, quien identificó en todo momento esas operaciones como un “negocio del jefe”.
Hay que recordar que Luz Aida es hermana del ex candidato del PRI a la alcaldía Guillermo Deloya, cosa que no tiene nada de malo, pero es para dar contexto de quién es la particular de Francisco Romero.
Recientemente el periódico Milenio reveló que Francisco Romero supuestamente estructuró también un equipo de auditores externos para cobrar “moches” a 42 entes obligados y garantizar que las cuentas públicas no tuvieran observaciones. El monto que el auditor habría recibido por este negocio ascendió, según los propios documentos internos de la Auditoría, es casi de 7 millones de pesos.
Esos serían los motivos por los que Romero Serrano insiste en reunirse con el titular de la Auditoría Superior de la Federación, sin hasta el momento haber recibido una respuesta afirmativa desde la capital del país.
No es nueva la especie de que Francisco Romero no es bien visto en la Auditoría Superior de la Federación. Tampoco es nuevo que David Colmenares le haya dado un veto en su nombramiento aquí en Puebla.
Lo nuevo quizá es la revelación que hiciera el lunes pasado el escritor Fritz Glockner con Jesús Manuel Hernández quien relató que a él (Fritz) le dijo personalmente que la revisión de las cuentas públicas de la BUAP le corresponde a la federación porque el 90 por ciento de los recursos provienen de ahí.
Lo también que es nuevo es que estos temas ya están comenzando a ventilarse en México, en donde la forma de ver la política es distinta.
Retomando la idea original: ¿es cierto que Claudia Rivera ya amarró con Romero Serrano y su gente? ¿Por eso últimamente la alcaldesa anda muy campante pensando en su reelección porque piensa que ya libró el veto que viene desde México?
Cotoñeto, el operador operado
¿Qué hay de cierto que Erick Cotoñeto le anda haciendo la guerra sucia a Gabriel Biestro? Dicen que el operador estrella del barbosismo ya tiene hasta un ejército de bots, troles y minions en twitter (que ya no sirven mucho y sobre todo cuando las creaciones datan de marzo para acá) que hacen la guerra sucia interna en Morena y externa.
¿Será cierto?
A ver si por andar peleándose con los amigos de los amigos no cometen un autorobo, perdón, quise escribir autogol.
Foto: Es Imagen / Daniel Casas