Dirán lo que sea pero Miguel Barbosa Huerta sigue firme y puesto.
Sus enemigos internos entre ellos Dulce Silva y su esposo César Yáñez, un diputado federal que se siente Paolo Cohello y predicador del pensamiento mágico en sus redes sociales, su empleada en el PAN estatal y demás pelusa, no han podido hacer nada. Su método de correr las versiones contra el mandatario se han quedado en puros chismes.
Barbosa tiene su estilo personal de gobernar. No es suavecito, aunque es un gran negociador y operador en corto, no por nada llegó a ser el presidente de la mesa directiva del Senado y líder moral de un grupo de sus correligionarios en la Cámara alta del Congreso de la Unión.
No por nada gobernó el PRD poblano -antes de que se aliara a la derecha- desde 1998 hasta el 2015. Jugó para sacar el PRI de Casa Puebla en el 2010 y rompió con el morenovallismo cuando este lo traicionó al imponer al grupo de Luis Maldonado. Las notas periodísticas de la época dan fe que incluso el propio Barbosa se opuso a la llamada “Ley Bala” que promovió la gente de Maldonado con sus “piedras de alto calibre y cohetones en las cabezas de marrano”.
Además, nunca quedará claro para la historia el triunfo de Martha Erika Alonso en el 2018, pues aunque jurídicamente sí ganó la gubernatura en la realidad queda la sombra de la duda de cómo se operó esa elección. Honestamente, nadie cree que se pierda todo el país, la mayoría de los municipios y se sostenga una gubernatura.
¿De cuándo acá hay voto diferenciado?
Los adversarios de Barbosa internos y externos (son más internos que externos) les da muina porque les ha roto sus contratos, los ha exhibido como traidores, no los fuma, los ignora y cada que ha podido los ha expuesto al grado que los aludidos se han quedado callados. Ahí está el del pensamiento mágico que solo es apoyado por lo que queda del morenovallismo en el PAN quien solo manda a su empleada y a sus tres gatos de ese partido a patalear.
En estas condiciones si Yeidkol Polevnsky recupera la dirigencia nacional (como todo apunta que así será) Barbosa tendrá mucha influencia nuevamente en el partido de Morena y sino es con ellos tengan por seguro que ganará lo que tenga que mantener para llevar el barco que es la entidad a buen puerto, ya que las intrigas palaciegas de sus enemigos solo es para un quítate tú para que llegue yo, pero perjudican a una gran mayoría.
Estos casi tres meses que le quedan al 2020 definirán los rumbos para el 2021 y si Morena Puebla no tiene un capitán, ese barco se perderá en altamar. Y quien tiene la fuerza e inteligencia para mantenerlo a flote es el mandatario estatal, cosa que los soñadores de la democracia aún no entienden.
Alfonso Esparza y la autonomía universitaria
El próximo 4 de octubre Alfonso Esparza rendirá su cuarto informe de labores como rector de la BUAP y serán dos temas que seguramente destacarán: la defensa de la autonomía universitaria y la innovación tecnológica y el respaldo a la comunidad universitaria así como a los aspirantes a entrar a la máxima casa de estudios del estado en plena crisis sanitaria y económica que atravesamos los poblanos.
Esparza le apostó tanto a la innovación tecnológica como ha respaldar a las familias poblanas al facilitar los procesos de estudio y de admisión sabiendo que esta es una época difícil para todos los mexicanos. Y seguramente esos dos temas serán parte de su discurso ya que el rector y todo su equipo administrativo y académico se puso las pilas para salir adelante.
Foto: Es Imagen / Katia Fernández
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