“Una vez que terminan de cargar, salen por el taller mecánico y se van hacia la barranca, salen por la segunda calle de Amanalco; esto sucede día y noche, bajo la vigilancia de halcones”.
Así lo comentó un vecino de San Pablo Xochimehuacán al reportero Jorge Barrientos, plasmado en un reportaje imperdible del 23 de mayo de 2018.
Desde entonces, la operación siguió igual, día a día.
“Es más, puedo asegurar que esto se hace con la venia del dueño de la gasera, todos los que vivimos por la zona sabemos de sobra que ya tiene bastante tiempo que sea realiza este ilícito y las autoridades brillan por su luz, ¿qué esperan para intervenir? que volemos, querrán actuar cuando ya sea demasiado tarde, cuando todos estemos achicharrados”, mencionó entonces entre enojo y voz profética.
Desde entonces y constantemente, vecinos de San Pablo Xochimehuacán denunciaban el robo de gas LP que era a la vista de todos y en cualquier horario del día.
Todo ocurría en la carretera Federal Puebla-Tlaxcala, como referencia terracería Amanalco, calle de Los Palos y Avenida Ferrocarril, la cual se encuentra en la zona limítrofe entre Puebla y Tlaxcala.
“Van a venir cuando ya sea demasiado tarde, estamos en una situación mucho muy grave, ya que en la extracción de gas el riesgo es mayor, pues puede explotar más rápido a diferencia de la gasolina, lo cual no solo afecta a donde se registra la toma, sino también a la zona aledaña, hay casas, escuelas, negocios ¿cuándo se darán una vuelta nuestras autoridades?”, dijo entonces, Marina, dueña de una tiendita.
Pero nadie los escuchó.
Hubo oídos sordos.
La basura tehuacanera
Así como las calles están repletas de basura en el municipio de Tehuacán, tras la toma del relleno sanitario, así, literalmente se dice se encontró el nuevo alcalde Pedro Tepole al ayuntamiento.
Y es que hay que recordar que el trienio que concluyó, lo inició Felipe Patjane, ahora en prisión y concluyó su suplente y amigo, Andrés Artemio Caballero López, siempre bajo la sospecha de corrupción.
Ya se harán cuentas, en tanto, al parecer Andrés, ya nadie sabe dónde anda, tal vez para evitar tener el mismo futuro que su amigo.
Foto: Es Imagen / Alfredo Fernández