La salida de Sergio Vergara Berdejo de la Secretaría de Cultura se venía gestando desde la administración de Miguel Barbosa.
Era cosa de tiempo, pero el gobernador falleció.
Y es que, el ahora exfuncionario ya tenía varios pendientes e investigaciones en su contra.
Una vez que llegó el gobernador Sergio Salomón, ya con calma y luego de sortear otros asuntos más importantes, finalmente se analizó la situación y se llegó a la misma determinación: fuera.
No por nada, el mismo mandatario advirtió que habrá una fiscalización o auditoria a la gestión.
Por ejemplo, se investigará el destino de los chips que adquirió la dependencia para instalarlos en 150 mil piezas del acervo cultural que formaban parte del patrimonio estatal en 21 museos.
Se comprobará si estos artefactos fueron efectivamente colocados como se presumió incluso en comparecencia ante el Congreso de Puebla, en enero pasado.
Sin embargo, al parecer, muy pocos se colocaron y eso si se adquirieron.
También tiene pendiente el tema del saqueo multimillonario de los museos en el morenovallismo.
Sergio Vergara dijo en su momento que el saqueo representaba una cifra superior a los 300 millones de pesos y aseguró que se interpondrían sendas denuncias.
Habló que se hurtó por lo menos 128 mil objetos que conforman el acervo total en Puebla.
Por ejemplo, se mutilaron libros a los que les fueron arrancados mapas, dibujos; además, se dañó una parte de los nueve incunables, obras que fueron editadas tras la creación de la imprenta en 1440.
Pero hasta la fecha nada. No hay avances, ni mucho menos detenidos.
Lo raro es que el mismo Sergio Vergara formó parte de las estructuras gubernamentales que acusó.
Además, hay que recordar también que Sergio Vergara consintió, firmó y permitió que los legendarios Lavaderos de Almoloya, patrimonio histórico, se entregara en comodato a la empresa privada que operaba el hotel Rosewood, hoy Banyan Tree.
Después Miguel Barbosa los recuperó, en lo que Vergara sufría amnesia.
Muchos pendientes y cuentas que aclarar.
Tiempo al tiempo.