Como ya vimos, a inicios de los noventas, la radio vivía una auténtica revolución, con el surgimiento de varios noticieros radiofónicos que surgieron en el cuadrante, para competir contra la hegemonía de Montero Ponce y su Tribuna Radiofónica.
A inicios de 1992, con el inicio de la administración de Manuel Bartlett Díaz, también se comenzó a vivir un cambio en los medios impresos y en el periodismo de investigación, con el surgimiento de dos nuevos proyectos, La Jornada de Oriente y El Universal Puebla.
La Jornada de Oriente fue fundada por el economista, Sergio Cortés, Susana Rappo y Aurelio Fernández, a inicio de la década de los noventa.
Aurelio Fernández se anotó un éxito al contratar del mejor reportero de esa época, mi amigo Oscar Victoria, quien le dio un sello muy característico a este semanario, con reportajes “bomba”, que hicieron de este medio, consulta obligada en Puebla.
Entre los trabajos más destacados de Oscar se encuentra el caso de José Luis Huerta Galeote, un preso torturado en el año de 1991, dentro de las instalaciones de la entonces Procuraduría de Justicia del Estado, por el entonces director de la Policía Judicial, Armando Canto Huitzil, y algunos elementos de esta corporación.
A Huerta Galeote le introdujeron un clavo en el cráneo, mismo que le ocasionó lesiones graves al detenido.
La pluma de Victoria denunció los hechos, a través de la páginas de La Jornada, lo que derivó más adelante en una recomendación emita al gobernador, por parte de la naciente Comisión Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos, quien condenó los hechos y solicitó el castigo de todos los implicados.
Otro magistral trabajo de investigación de Oscar fue el documentar la venta de los lavaderos de Almoloya, patrimonio histórico de Puebla, a la esposa del entonces gobernador de Puebla, Mariano Piña Olaya, Patricia Kurczyn, lo que valió a Oscar, ser perseguido y amenazado por parte del entonces mandatario.
Oscar se tuvo que exiliar por un tiempo a la Argentina, para evitar ser objeto de una venganza por parte del ya para ese entonces ex mandatario, quien, incluso, desapareció la escritura de la Notaria en donde había quedado inscrita la transacción.
Otro notable trabajo realizado por Oscar para La Jornada de Oriente fue el dar a conocer el robo en catedral, de las tablillas de Luis Lagarto, el iluminador más reconocido de finales del siglo XVI e inicios del siglo XVII.
Los codiciados objetos considerados auténticos tesoros, fueron sustraídos de la catedral, por dos sujetos que se descolgaron desde la cúpula principal del majestuoso inmueble y se llevaron estos codiciados objetos. El robo se supone se ejecutó por encargo.
Oscar Victoria invitó a trabajar también para La Jornada de Oriente a Fermín García, quien hasta la fecha se conserva en este periódico, que más tarde dejó de ser semanario, para convertirse en diario.
Fermín intercalaba su trabajo como reportero de López Díaz y de La Jornada, lo que derivó más adelante en su salida de Grupo ACIR.
Por su parte, Rodolfo Ruiz comenzaba a estructurar un proyecto que pasaría a la historia, El Universal Puebla, el cual se convirtió en el periódico más influyente de la época y en una auténtica fábrica de talento y forjadora de excelentes plumas, como la de Arturo Luna Silva y del inigualable quintacolmunista, Mario Alberto Mejía Martínez.
También ya en el lejano año de 1992 vería la luz, otro ya proyecto periodístico, el cual fue referencia en su momento, el periódico Síntesis, el cual innovó con el tema de sus atractivas fotografías y la lente de un referente del fotoperiodismo poblano, Joel Merino.
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