Desde principios de este año, un grupo se ha dedicado a decirle a propios y a extraños que el gobernador Miguel Barbosa Huerta pedirá licencia a su cargo al iniciar el 2021 para que no haya elecciones nuevamente y sea desde la Presidencia que se imponga al gobernador sustituto.
Ese mismo grupo dicta columnas periodísticas, filtra datos, comenta en whatsapp, manda a personajes de bajo perfil a los típicos “operadores” políticos que no reúnen ni a una veintena en un mitin aunque se regalen tortas y frutsis.
Son los típicos activistas de sofá quienes se dedican un día sí y el otro también a denostar la imagen del mandatario porque están dolidos ya que han sido corridos y exiliados de la vida pública y política de Puebla.
Quienes encabezan a esa runfla de personajes son aquellos que fueron dados de baja de la actual administración estatal y que trabajaron en el interinato. Y solo lo hacen porque ya dejaron de vivir del erario poblano.
También están los que desde Morena han querido utilizar cualquier pretexto para iniciar una revuelta y aseguran que “ahora sí ya habrá cambios a nivel estatal” y por supuesto, los que desde México no ven bien a Barbosa porque este no les ha permitido armar “sus modelos de negocios” a costa del dinero público.
Entre todo esto aparecen personajes como César Yáñez y su esposa Dulce Silva, un alicaído deudor de la banca como Alfonso Ramírez Cuellar quien nunca entendió la importancia que tienen los mandatarios en el país y que una alianza con ellos lo fortalecería.
En ese grupo aparece un personaje que ha tratado de infiltrar al PRI, con José Luis Márquez, como ya lo hizo con el PAN estatal con la dirigente que fue impuesta por Rafael Moreno Valle y Eukid Castañón y ese personaje ha querido involucrarse en los conflictos que hay con personajes como Claudia Rivera o incluso algunos líderes sociales o empresariales.
Todos ellos son los que a nivel local o nacional les hacen creer que habrá cambios en el gobierno porque se ha puesto en riesgo la elección del 2021 de Puebla.
No obstante, dicha especie es totalmente falsa.
Es solo eso: un rumor o una especie que han dejado correr para confundir al círculo rojo, pues solo es ahí su área de influencia.
Miguel Barbosa sabe jugar el ajedrez político y está más lúcido que sus adversarios internos y externos. Tiene bien claro el tablero y qué piezas quedan de pie tanto de su lado como el de sus oponentes. Directa o indirectamente los ha puesto en evidencia en entrevistas como la otorgada al periodista Mario Alberto Mejía o a Ricardo Morales en Efekto 10 en su ya tradicional conferencia de prensa matutina.
Si Morena quiere ganar en el 2021 tiene que ver que las elecciones pasan por Casa Aguayo, si Morena aún no entiende que necesita del visto bueno del mandatario poblano van a perder y para ser claros: si sacan de la jugada a Miguel Barbosa, Morena puede tener una baja en la cámara federal y por supuesto en la estatal. Y eso no es culpa del mandatario, sino es culpa de que no saben hacer política y no saben sumar solo se saben pelear internamente.
Ese grupo antagónico a la administración estatal lo que quiere es influir no solo en los partidos PRI y PAN, sino en Movimiento Ciudadano y si se puede ¿por qué no? En Morena porque de esa manera planean controlar el Congreso local, varios municipios y de ahí saltar al gobierno del estado en el 2024.
El fin es regresar a una especie de morenovallismo en el que no había oposición. Es decir, es hacer lo mismo pero más barato. Por eso ese grupo busca minar la imagen, no es por democracia, no es por pelear más espacios para ciudadanos, no es porque le vaya bien a Puebla, es porque quieren hacer negocio a costa del erario como ocurrió en el único sexenio de ocho años que ha existido en Puebla.
Dinero y poder.
Lo demás son puras mentiras.
Es cosa de ver quiénes son los operadores y ninguno de ellos es muy demócrata o tiene un pasado aplaudible.
Solo crean su propio discurso para engañar y quedarse con todo el pastel.
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