Recientemente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió avalar una solicitud de consulta popular, que pretende vincular a la ciudadanía con el fortalecimiento de la integridad en el servicio público. Como cualquier otra determinación, ésta fue reconocida por unos y criticada por otros. Más allá de esto, quienes participamos en la vida pública debemos tomar nota del momento por el que atravesamos, que convoca a la articulación de esfuerzos para la transformación de realidades.
En Puebla no existe una ley en materia de participación ciudadana: esto es un pendiente que debemos resolver las diputadas y los diputados. Sin embargo, en medio de los informes de resultados, queda claro que existen herramientas y estrategias que nos permiten incidir e involucrar a la gente. Pongo como ejemplo el esfuerzo que hemos realizado para instalar alarmas vecinales, que han permitido generar una comunidad digital en Puebla: familias más seguras e interconectadas con el Deri y el C5. Otro ejemplo claro es el acompañamiento que hemos realizado con comerciantes de los mercados de Puebla, que han vivido en primera fila las consecuencias económicas de la pandemia; asistir y escuchar sus experiencias nos permite diseñar soluciones compartidas (en las que todas y todos participamos).
Aunado a lo anterior, debemos reconocer la importancia de las instancias institucionales, que desde mi punto de vista deben tener mayor incidencia. El Comité de Participación Ciudadana de Puebla es un organismo que se ha propuesto para este año promover la honestidad pública en el sector público y privado, informar a la ciudadanía y generar condiciones de apertura en las administraciones de nuestro estado. Todo esto es positivo: ahora corresponde ampliar la agenda de justicia cotidiana y, de esta forma, hacer de la participación una ruta democrática en constante crecimiento.
Rumbo al próximo proceso electoral, debemos recordar que las determinaciones que se tomen en las instituciones repercuten en el sentir de la gente. El escenario ideal será de una amplia participación y confianza. ¡Sé puede!