Aquí un pequeño, pero sustancial, resumen unos días antes de la jornada electoral. Las Crónicas Marcianas hacen esto para que se pongan al día y no caigan en provocaciones. Así que sin más preámbulos preparémonos ya que es casi inminente el triunfo de la cuarta transformación en el estado de Puebla.
La realidad se impone:
1. Eduardo Rivera Pérez es en quien recaerá el control del panismo una vez que sea derrotado Enrique Cárdenas en las urnas. Es el único personaje que mantiene un liderazgo real dentro de esa estructura. Una vez que Genoveva Huerta tenga que entregar la estafeta, el ex alcalde poblano deberá tomar el cetro de mando aunque no necesariamente sea el nuevo presidente. A lo mejor, no les gusta esa medida a los que aún cobran como dirigentes en Puebla, pero seamos honestos, no hay más tiradores: o es Lalo o es Lalo, pues ante la ausencia de Rafael Moreno Valle no hay quien tenga los tamaños para reorganizar un partido en ruinas.
2. Ahora que es casi un hecho que llegue la cuarta transformación a Puebla, ya se evalúa el desempeño de muchos funcionarios de primer nivel. En la Fiscalía se espera una renovación total de la mayoría de los personajes que abusaron del poder en sus encargos. Un caso en concreto y, al parecer, ya está el fólder en el escritorio del próximo gobernador es el de Jaime Ramos Huerta. Mientras Víctor Carrancá se la pasaba en la ciudad de México y dejaba la operación de la dependencia en manos de los hermanos Proal Diez de Urdanivia, quien les hacía el trabajo sucio era dicho personaje. En ello incluía ordenar los trabajitos ya conocidos con aguas minerales, toques y armado de los expedientes a modo en las carpetas de investigación. Próximamente más detalles.
3. Otra de las áreas que sufrirá cambios radicales es el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y no es por nada pero varios personajes ya deberán ir a una tienda de abarrotes de una vez a las ofertas del dos por uno en las cajas de huevo. Son varios los que están en la lista pero por el momento solo mencionaremos a Héctor Sánchezy Roberto Grajales. Otros ya saben muy bien y por qué no es el mejor de sus momentos.
4. El PRI en Puebla no solo vive su peor época. Hoy, es un enfermito entubado: por un lado tiene una sonda para poder orinar, por otro le administran sus alimentos a través de un tubito. Está en terapia intensiva y lo peor es que es tan arrogante y orgulloso que no ve su situación actual y ya admite de una vez por todas que está malito de todo su sistema. De hecho, abusó tanto del sistema que este ya no le responde. Es tan soberbio que prefiere atacar a los que ya se le fueron para ahora habitar la cuarta transformación.
5. Los alcaldes de Morena están muy agradecidos con el candidato Enrique Cárdenas y con todo su equipo de asesores porque no usaron el desempeño en sus administraciones para hacer una campaña de contraste. Detallazo del doctor, porque uno de los temores era que ese fuera el punto débil para atacar a la cuarta transformación, pero como el panismo es una oposición que carece de reflejos y respuestas rápidas, pues qué mejor que estar agradecidos con quienes no sabían que estaban en una contienda. Es más, ¿pueden avisarle a Cárdenas que ya va a terminar la campaña?
6. Si usted ha sido atacado por compartir encuestas en las que va arriba Luis Miguel Barbosa (es decir todas las publicadas), le digo algo para que se relaje: la mayoría de quienes lo han denostado fueron empleados de medio pelo (pipitilla) en la administración de Rafael Moreno Valle o su sucesor. Así que sus acusaciones (de la mayoría, no de todos) no es por ideologías sino porque ya no cobrarán en la nómina gubernamental y ahora sí tienen que ponerse a trabajar. Hay gente que critica con sustento, esos siempre serán bienvenidos; los otros son como el meme de Juan Gabriel parado detrás de una palmera.