Ahora que ya es Eduardo Rivera el precandidato del PAN a la alcaldía, ¿ya es seguro que gane las elecciones en junio del 2021?
Por supuesto que no. El ser el puntero en las encuestas es caminar en la cuerda floja. Es ser más vulnerable porque es un blanco a un mayor ataque. Alguien lo comparó con el Superbowl LIV: “es como Patrick Mahomes, es muy buen quarterback pero carece de una ofensiva y defensiva. No tiene equipo y no tiene un coach confiable (Genoveva Huerta) quien parece que juega para otro equipo (Fernando Manzanilla)” El enemigo está en casa.
¿Fernando Manzanilla ganó algo?
El duque es el gran derrotado con la designación de Eduardo Rivera Pérez. Suponiendo que quedara Claudia Rivera Vivanco como abanderada de Morena; ella no le haría caso a los desplantes autoritarios de Manzanilla. El diputado federal del PES cada vez se queda más solo. Ya solo Silvia Argüello, el marinista Paco Ramos y algunos despistados por ahí que todavía le dan juego.
¿Y qué pasa con Gabriel Biestro?
El líder del Congreso del estado sigue hasta este momento en la puja por la alcaldía y tiene muchas posibilidades aunque sus adversarios digan lo contrario. Le han jugado sucio los Armenta, los Garmendia, los Evangelista, los Manzanilla, entre otros. Digamos que los que se presumen como los puros de Morena, pero de puros no tienen nada. Son de esa izquierda guadalupana. Un sector de la prensa adicta a Armenta y a Manzanilla lo atacan un día sí y otro también, así que no hay que irse con la finta con lo que dicen que dicen. Se entiende que si las condiciones no le fueran favorables -al legislador- por el canibalismo que se practica en su partido a lo mejor analizaría bien sus cartas y sus posibilidades. Tiene el respaldo de quien debe tener el respaldo ya que Biestro no ha traicionado a nadie y ha cumplido con su palabra y ese es uno de sus atributos.
¿Y Movimiento Ciudadano?
Ya ni la muela ese partido. De veras que da pena. Dicen que se separó de la alianza con el PAN-PRD porque quiere llevar de candidato en el 2024 a Marcelo Ebrard y porque quiere hacerle un guiño de ojo a López Obrador, pero cada que puede presenta en Puebla capital a puro candidato impresentable. No hay de qué espantarse, Fernando Morales Martínez es un impresentable. Si preguntan qué ha hecho de bueno, lo mejor que hizo fue decir en el 2004 que Puebla era un estado chalupero en referencia al gobierno de Melquiades Morales Flores, es decir, al de su señor padre cuando gobernó. De ahí en fuera, cuando fue morenovallista no hizo nada.
¿Y los demás partiditos?
En todas las elecciones surgen partidos bonsai. Están las redes sociales progresistas, está fuerza social por México, el PES y no sé cuánta tarugada. ¿De qué sirven? De absolutamente nada. De ni madres, es un gasto para el erario. No cooperan para la democracia. Mantienen a mucho huevón. Esos partiditos se quedan con automóviles, oficinas, computadoras y al final compran facturas para justificar gastos y quedarse con el dinero en efectivo, ni siquiera es un mal necesario, porque no dividen a la oposición, solo son parásitos que contaminan al sistema.
Ilustración: Alejandro Medina
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