Conocido en la historiografía mexicana del siglo XX como el asesino de Francisco I. Madero, Francisco Cárdenas es un personaje del cual se sabe poco y al que reviste la leyenda negra de su acto; sin embargo, desde un rol secundario, su pensamiento y acciones jugaron un papel fundamental en los acontecimientos que detonaron la Revolución Mexicana.
Este militar michoacano no fue campesino; era un personaje que medianamente tenía ciertas posibilidades, su pensamiento iba contra la legalidad y justicia, ideas que fácilmente se adaptaban a las de la policía rural de la federación o las del porfiriato mismo, explicó el investigador de la Dirección de Estudios Históricos (DEH), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Edgar Sáenz López.
El historiador dio a conocer su libro Francisco Cárdenas, una vida entre el orden y la transgresión (INAH-Porrúa, 2021), a través del canal INAH TV, en sintonía con la campaña “Contigo en la distancia”, de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
Relató que su texto surgió con la idea de conocer las leyendas negras sobre la historia de la Revolución Mexicana, en particular, acerca de la imagen que se tenía de la policía rural de la federación, el brazo represor del gobierno.
En su indagación, dijo, encontró información sobre Cárdenas, y en algunas líneas apenas se mencionaba como el que participó en la persecución contra el bandolero social Santana Rodríguez Palafox “Santanón”, en 1910; como represor de un movimiento maderista en Michoacán, en 1911, y como el asesino de Madero; por lo que se propuso mostrar cómo un personaje puede develar los entresijos de una institución como la policía rural.
“Era una persona que abusaba del poder, que tomaba en exceso, en muchas ocasiones, lejos de cuidar el orden, lo transgredía. Notas periodísticas consultadas consignaban que él había atrapado bandidos, cuando en realidad, con su gavilla, eran quienes asaltaban en los caminos”, compartió el autor del libro, el cual en un inicio fue su tesis de licenciatura, que fue reconocida con el Premio INAH Francisco Javier Clavijero, en 2014.
Para el historiador, más allá de tratar de justificar sus actos, su publicación busca mostrar el papel que personajes de segundo orden, como Cárdenas, jugaron en el devenir de la Revolución Mexicana, pues muchas veces no solo fueron los ejecutores. Si bien, dijo, hay que descubrir sus claroscuros, “se debe saber cuál fue el motor de sus acciones, ya que son resultado de su contexto histórico, no aparecen de la nada”.
En su intervención la titular de la DEH, Delia Salazar Anaya, una de las cualidades de este libro es haber escogido a este personaje que marcó una historia particular con el magnicidio. “A través de la historia de un individuo habla de un contexto y abre una nueva perspectiva del periodo revolucionario, el cual se ha abordado en tiempos recientes, con temas como el de los exilios de este conflicto armado, plasmado, en este caso, en el último capítulo dedicado a Guatemala”.
Esta obra, añadió la historiadora, posibilita nuevas perspectivas y lecturas sobre la Revolución Mexicana, pero también cómo estudiar a estos sujetos marginales de la historia. “Cuenta con una mirada de lo que es y tendría que ser la narrativa histórica de este suceso, mucho más compleja, en la que los actores no siempre van a ser los grandes héroes, por lo que hay que tomar en cuenta a personajes de los que sabemos poco y también fueron importantes en este acontecimiento armado”.
Por su parte, la investigadora del Instituto Mora, Guadalupe Villa Guerrero, subrayó que, al elegir a Cárdenas como objeto de estudio, Sáenz López siguió sus pasos en México, en un largo periplo por Michoacán, y luego, fue tras él a Centroamérica, logrando consultar varios archivos como el General de Centroamérica y el Histórico de la Policía Nacional, en Guatemala, que le ayudaron a complementar y entender el carácter y personalidad de este personaje.
La vida de Francisco Cárdenas, finalizó, oscila entre su formación y experiencia como policía rural durante el porfiriato, persecutor de bandoleros y, más tarde, como miembro del ejército y su participación en la lucha contrarrevolucionaria, su posterior huida a Guatemala, tras la caída de Victoriano Huerta, y sus actividades en ese país donde habría de hallar la muerte.
El libro puede adquirirse en las librerías del INAH y de Educal o en la página de la Coordinación Nacional de Difusión del INAH.