El ritmo de transmisión de la pandemia del Covid-19 se acelera: así lo ha afirmado la Organización Mundial de la Salud. En nuestro país, estamos por alcanzar los 1,000 casos confirmados, por lo que el subsecretario Hugo López-Gatell ha anunciado el inicio de la “Fase II”, que se acompaña de medidas para promover que la ciudadanía se quede en su casa y, de esta forma, aplanar la curva de transmisión. El objetivo es claro: no saturar las instituciones de salud de nuestro país.
Sin embargo, en las conferencias de prensa vespertinas hemos podido escuchar, una y otra vez, que los esfuerzos realizados no impedirán que el sistema de salud atraviese por una situación compleja y complicada, que en gran medida tendrá que se afrontada por médicas, médicos, enfermeras y enfermeros. Con honestidad, aunque la pandemia trascienda de los hospitales, en estos encuentra su epicentro. Por eso es fundamental la protección del personal de la salud: sus necesidades deben traducirse en soluciones.
Lamentablemente, nos hemos enterado que existen indicios de que un fallecido por Covid-19 en nuestro estado era camillero de una institución de salud privada, que intervino en la atención de personas contagiadas por el nuevo virus. Esta situación, además de lamentable, debe servir como recordatorio urgente y contundente de las estrategias que deben emprenderse de forma inmediata.
Como lo he reiterado, desde el 2 de marzo de este año, antes de que llegáramos al punto de inflexión de la tasa de contagios, presenté un punto de acuerdo en el Congreso del Estado, que en uno de sus resolutivos proponía realizar un diagnóstico urgente de las necesidades de los centros de salud en Puebla para que, de esta forma, pudieran tomarse las medidas administrativas y presupuestales correspondientes. A pesar del rechazo a debatir esta propuesta, insistí en establecer un mecanismo estatal que, entre otras cosas, atendiera las necesidades del personal de la salud como un asunto prioritario cuando se declare una pandemia.
Una y otra vez, insistiré que este asunto debe escapar de cálculos electorales. Cuidar la salud es cuidar el futuro de Puebla. Por eso, desde este medio, invito quienes integran el servicio público, así como los sectores social y empresarial, a que promovamos medidas para que todo el personal de la salud tenga sus necesidades cubiertas: equipo, protocolos, respaldo financiero, información útil… es nuestra responsabilidad.
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