El morenovallismo desapareció solo porque muchas de las lealtades estaban basadas en el dinero. Los militantes del PAN y de la corriente citada solo se dedicaron a hacer billetes, fueron pocos los que verdaderamente creyeron en un proyecto, muy pocos, pero los hay que sí fueron leales a la pareja Alonso- Moreno Valle.
Muchos se resguardaron para cuidar lo que hicieron económicamente durante los ocho años que duró el morenovallismo. Otros, los más leales, se retiraron de las contiendas políticas porque sabían que es temporada de patos: hay caza.
Perdón por lo que voy a escribir: he descubierto a muchos seguidores de doña Marta Erika Alonso, y muchos opositores a Rafael Moreno Valle; a la primera la querían en serio, al segundo lo respetaban por miedo y porque los tenía espiados. No obstante, eso ya se acabó, solo los muy cercanos le rinden pleitesía, los demás están en espera que no los den de baja en la cuarta transformación.
Hay morenovallistas que están buscando el perdón con Morena. No se puede decir si es bueno o es malo, solo se puede decir que es.
El PAN está perdido, sin rumbo y sin dirección. Marko Cortés es un dirigente sin liderazgo se queja porque sus diputados eligieron a don Guillermo Pacheco Pulido como gobernador interino en vez de Jesús Rodríguez Almeida, pero no obstante, nunca supo leer que ese acuerdo de Morena con el PRI vino desde que se signó el tema de la Guardia nacional el Congreso de la Unión.
Marko Cortés es un dirigente, que no líder, que tiene la sensibilidad de un carnicero: vemos una guerra todos los días en redes contra AMLO sin aliados y sin ningún resultado, así como van las cosas estamos ciertos de que puede perder la elección poblana y la de Baja California y aún no le cae el veinte.
Por otro lado, Si bien el priista más morenovallista era Miguel Ángel Osorio Chong y que participó en las mesas de Bucareli para designar al gobierno interino de Puebla, también es cierto que entendió que después del 24 de diciembre, después del terrible accidente jamás aclarado, las condiciones no les favorecían por lo que lo más conveniente era transitar a un gobierno que pacificara y que no confrontara.
En el caso del PAN estatal, sus discursos los dejan mal parados, primero aseguraron que lo mejor era no participar en el próximo proceso electoral, y los puso, porque ellos así lo quisieron, como perdedores.
Además, hubo una cacería contra Marcelo García Almaguer, sin medir las consecuencias, que salieron más raspados en imagen, pues podrán o no estar de acuerdo, pero el citado legislador tenía más nivel que los otros albiazules que se quedaron en la bancada.
Puebla es de Morena y no es que estemos o no de acuerdo, la cuarta transformación nos alcanzó. Una cosa es lo que pensemos en el círculo rojo y otra es lo que piense el ciudadano de a pie, que no necesariamente coincide con el círculo rojo.
Ilustración: Alejandro Medina
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