El avance del coronavirus en el mundo se está acelerando: así lo sostiene la Organización Mundial de la Salud (en adelante “OMS”), que reportó que tan sólo en 67 días, desde el primer caso reportado de COVID-19, se alcanzaron los primeros 100 mil contagios; 11 días para los 200 mil y sólo cuatro días para los 300 mil. En resumen, para el 23 de marzo existen 332,930 casos confirmados y 14,510 fallecimientos relacionados con el nuevo virus.
Esta situación ha llevado a diferentes países a tomar medidas extraordinarias para proteger a sus poblaciones y contener el impacto negativo sobre la economía. Italia, país con más de 59 mil casos y 5,400 muertes, ha desplegado a elementos de seguridad, ha restringido el acceso a parques y las caminatas largas y, recientemente, ha suspendido actividades económicas no esenciales. Alemania, que suma más de 24 mil casos y 94 muertes, ha decretado un plan económico millonario para atender la contracción económica que acompañará a esta pandemia, que apoyará a la industria y a la clase trabajadora de esa nación. Finalmente, Canadá, que reporta más de 1,300 casos y 19 muertes, ha decidido cerrar sus fronteras para impedir el acceso de personas que no sean ciudadanas o residentes y ha exhortado reiteradamente a evitar reuniones y acercamientos entre la población.
México se encuentra todavía en la primera fase de transmisión interna del coronavirus. Este 23 de marzo, el Gobierno de México reportó 316 casos confirmados, 793 casos sospechosos y 2 muertes; Puebla se encuentra en la categoría de estados con un margen de entre 11 y 20 personas infectadas. Aunque el primer caso se anunció el pasado 28 de febrero y la OMS definió a este fenómeno como una pandemia el 11 de marzo, no fue hasta el 19 de marzo que se reuniría el Consejo de Salubridad General, entidad nacional con capacidad de instrumentar lineamientos y homologar acciones a nivel nacional. En esa sesión, se determinó que el COVID-19 constituía una “enfermedad grave de atención prioritaria”; sin embargo, esta resolución no ha sido debidamente publicada en el Diario Oficial de la Federación, por lo que no podemos conocer los alcances.
Estas condiciones institucionales impulsaron a diseñar una iniciativa de reforma a la Ley Estatal de Salud de Puebla. Como Diputado Sin Partido propuse que nuestras instituciones de salud realicen acciones de forma inmediata y oportuna frente a la declaración de pandemia por un organismo internacional. De esta forma, en las familias poblanas podrán estar protegidas mediante y contar con herramientas desde el primer momento en que se presente un caso de contagio en el país relacionado a una pandemia, aunque las autoridades federales no aceleren los procedimientos correspondientes. Se trata de activar mecanismos como campañas informativas, protocolos de actuación en lugares concurridos (como escuelas, centros de trabajo o aeropuertos) y ajustes presupuestales.
El tiempo es oro en estas circunstancias. Espero que el Congreso del Estado tenga a bien debatir y aprobar esta propuesta. Para enfrentar el coronavirus, la unidad es requisito fundamental, por lo que el cálculo electoral no tiene cabida. Seguiré impulsando acciones que busquen proteger a Puebla frente a la evolución del coronavirus. Hay mucho por hacer y quienes tenemos la obligación de servir a la gente debemos acelerar el ritmo para prevenir, contener y atender.