Hoy por hoy se debaten la candidatura por Morena dos gallos con muchos espolones: Luis Miguel Barbosa y Alejandro Armenta. El primero, seamos fríos, tiene la bendición de Yeidckol Polevnsky y el segundo de Ricardo Monreal.
De Barbosa, sus seguidores argumentan que justicia obliga, porque según ellos -y aclaro según ellos- la candidatura le corresponde ya que le hicieron fraude los panistas, el año pasado.
De Armenta, sus porristas ponen en la mesa que las encuestas le favorecen. ¿Cuáles? No sabemos con exactitud (y no es sarcasmo) solo algunos medios de comunicación que han hecho sondeos en redes sociales y les llaman encuestas. No obstante, el senador cuenta con el respaldo de grupos priistas y operadores electorales que pueden ayudarle electoralmente a su proyecto.
Si nos basáramos en la experiencia y la lógica política, habría que tomar en cuenta la elección en la Ciudad de México, cuando contendían Ricardo Monreal contra Claudia Sheimbaum: desde que inició la contienda interna, la Sheimbaum contaba con el respaldo de Andrés Manuel López Obrador. Luego, Ricardo Monrreal, quien se opuso e hizo su berrinche no le alcanzó y lo mandaron al senado, claro, como líder.
Monrreal entendió que la cuarta transformación era decir que sí a todo.
Algo similar ocurre en Puebla: Yeidckol Polevnsky no se manda sola. Si respalda a Barbosa es porque trae la línea del jefe máximo. Es porque su discurso relata un supuesto fraude cometido por el morenovallismo en pleno. Y lo usarán ahora que ese grupo político ya se desintegró.
No obstante, si ambos grupos (armentistas y barbosistas) no se ponen de acuerdo, saldrá, entonces, Nancy de la Sierra, esposa de José Juan Espinosa. Y ambos líderes, temo decirlo, conocerán lo que es amar a Dios en tierra ajena.
Y si preguntan por qué el interés por escribir sobre Morena, bueno es que después del helicopterazo y después de que nos hemos informado sobre muchos golpes internos dentro del llamado morenovallismo, en el que muchos ya han sido beneficiados, se prevé que la plaza sea para Morena.
Primero porque ganaron las principales alcaldías del estado y segundo porque tienen el Congreso del estado en su bolsillo.
Así que, a menos que los astros se pongan en línea, el viento sopla a favor de Morena y hay personajes del panismo y del morenovallismo que ya operan por ese partido. Sólo la pobre Genoveva Huerta sigue pensando que en su instituto político hay unidad.
Lo dijimos ayer en este espacio, inició el operativo “Sálvese quien pueda”.
La pregunta sigue en el aire: ¿se irán por el idealismo de Barbosa o apostarán a la segura con Armenta?
Corren las apuestas.
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