A dos meses de la trágica muerte de la pareja Alonso-Moreno Valle, ¿por qué ya nadie se acuerda de ellos?
El PAN a nivel nacional sólo usa el tema para cuestionar a la cuarta transformación cada que se cumple un mes del helicópterazo y para sugerir -sin pruebas- un posible atentado, pero nos es claro que no lo hacen porque extrañen a quien gobernó durante ocho años este estado.
Es más, no nos sorprendería que los panistas lleguen a usar la muerte de los Moreno Valle como parte de sus estrategias de campaña. No lo harán para honrar la memoria de los dos exgobernadores, tampoco para rememorar los cambios que hicieron en la entidad con la obra pública y el embellecimiento de la capital y mucho menos para exigir que se esclarezca el accidente del 24 de diciembre. La muerte para los albiazules solo es una moneda de cambio para desgastar al actual régimen presidencialista.
Marko Cortés, su líder nacional, pareciera que hasta aprovechó el vacío de poder que se generó en Puebla tras la tragedia del 24 de diciembre para sacudirse los compromisos que firmó con el morenovallismo para llegar a la dirigencia de su partido.
Que no se nos olvide: en la elección interna del PAN, Marko Cortés pactó con Rafael Moreno Valle a fin de hacer a un lado a sus adversarios internos. Tras ese acuerdo Héctor Larios quedó en la secretaría general del CEN de los blanquiazules, pues Larios y Moreno Valle iban de la mano.
Tras la muerte del senador Moreno Valle y de la gobernadora Alonso, Marko Cortés y los gobernadores de su partido retiran el apoyo al panismo de Puebla y más aún cuando hicieron el ridículo porque no quedó Jesús Rodríguez Almeida como gobernador interino.
Puebla no es prioridad en este momento para Acción Nacional como sí lo es Baja California, en cambio, para Morena la entidad es valiosísima.
El morenovallismo se extinguió en menos de un mes. Entre ellos se acusaron y se dividieron en dos grupos: los que respaldaban a Luis Banck (Eukid Castañón, Max Cortazar y Roberto Moya), y el grupo de Tony Gali quien por un tema de liderazgo social asumió brevemente el control del grupo.
Una vez que el Congreso del Estado eligió a Guillermo Pacheco Pulido como gobernador interino, el panismo nacional quiso deshacerse del morenovallismo por rencor y para no deberle nada a nadie. Obligaron a su dirigencia estatal iniciar procedimientos contra sus diputados locales y a llamar traidores a los que apostaron por don Memo Pacheco.
Ahora ya no hay nadie que llene los zapatos de Rafael Moreno Valle. El exgobernador creó todo un grupo desde 1999 cuando asumió el control de la otrora poderosísima Secretaría de Finanzas y Administración y desde ahí visualizó ser la gubernatura y la Presidencia de México.
Así como tuvo muchos aciertos, también cometió varios errores: el primero de ellos fue no generar liderazgos y cuadros. Él era el sol y todo giraba en torno a su persona. Todos los que lo rodeaban eran robots que no tenían iniciativa.
El segundo error es que muchas de sus lealtades fueron creadas por temas económicos y por miedo. No hay que espantarse, pero sabemos que muchos se hicieron millonarios durante estos ocho años, una vez que ya no está el capitán del barco, los que se beneficiaron económicamente corrieron a sus casas y a sus cuentas bancarias a cuidar lo que habían generado.
En el caso del miedo es que al ser un hombre de políticas y acciones duras, hubo persecución, amenazas y encarcelamientos. Muchos, para no meterse en problemas, pusieron sus barbas a remojar. Salieron sonriendo en las fotos para redes sociales y así evitarse confrontaciones con el poder.
También hubo personas que fueron leales a su proyecto, son los menos y fueron los primeros en renunciar a sus puestos o vida pública, pues sabían que sin el proyecto presidencial no tenían nada que hacer en Puebla.
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