Richie O’Farrill y la funesta realidad de la que nadie quiere hablar

Imagina que eres un jefe y estás en una reunión con otra persona de un departamento diferente y tu secretaria, y que cada vez que ella quiere decir algo o aportar una idea, el hombre del otro departamento no la deja hablar, la interrumpe o simplemente la ignora. ¿Qué tendrías que hacer ahí?

Imagina que organizas un encuentro de networking para tus colegas y amigos, una amiga se te acerca y te dice que quiere ir, pero no se siente segura por otro asistente que ha acosado sexualmente a compañeras del trabajo. ¿Qué hacer ahí?

Ahora imagínate que presencias cómo un amigo tuyo le pone una droga en la bebida a una chica con la que está platicando en un bar y luego, cuando ella está bajo los efectos de la droga que no consintió tomar, se va con ella del lugar, y no para llevarla a casa. ¿Qué ocurre ahí?

A esto le llamamos: mantener el pacto patriarcal.

Lo que podemos aprender del pacto patriarcal y las revelaciones de Richie O’Farrill
El domingo 23 de abril, el standupero mexicano Richie O’Farrill hizo una transmisión en vivo en la que habló sobre el gremio en el que trabaja, que se ha dado más a conocer por denuncias de acoso y violencia sexual hacia otras comediantes arriba y fuera del escenario que por su gracia.

En sus declaraciones, dijo que Mau Nieto sí había puesto drogas en las bebidas de dos mujeres en situaciones distintas. También confirmó que Bryan Andrade, un productor de standup –parte de La Cotorrisa y exmánager del aclamado comediante Franco Escamilla– golpeaba a su esposa Andrea Duarte.

En 2022, la productora Melissa Yamel denunció que Mauricio Nieto alteró su bebida en un evento de comedia en 2018 y que abusó sexualmente de ella, denuncia a la que se sumó Ximena Moreno con una acusación similar. Sin embargo, la reacción que recibieron ambas mujeres fue de muchas críticas, cuestionamientos y juicios que las revictimizaban, ya que los comediantes están en una especie de pedestal para millones de seguidores que no los consideran capaces de cometer delitos o simplemente minimizan los hechos.

Otras comediantes como Marcela Lecuona se sumaron a las denuncias contra Mau Nieto por violencia psicológica y machismo en el gremio. Cabe destacar que las rutinas de comedia de muchos de esos standuperos consisten en hacer chistes misóginos que vienen de una larga y conocida tradición sobre burlarse de las esposas, las amantes, las trabajadoras sexuales, de hacer “chistes” de golpear a mujeres o de denuncias de acoso sexual.

Sin embargo, la razón por la que este tipo de comedia es tan bienvenida entre el público mexicano no es por la forma en la que lo cuentan y mucho menos la originalidad, sino por la cercanía de los escenarios.

En un año, las mujeres que vivieron violencia denuncian que 22.4% la experimentaron en un ámbito comunitario y el 20.8% en el laboral. En el trabajo, las principales personas agresoras reportadas han sido las y los compañeros de trabajo (34.2 %), seguido por las y los jefes o patrones (21.7 %) y las y los supervisores capataces o coordinadores (10.7 %).

El silencio cómplice
Si Richie O’Farrill tenía conocimiento de esta información desde que ocurrieron los delitos en los que sus amigos adulteraron las bebidas de mujeres para abusar sexualmente de ellas o sobre las denuncias de violencia por parte de un hombre con poder como Bryan Andrade, ¿por qué no apoyó a sus compañeras cuando salieron las denuncias y se alejó de ese grupo de conocidos?

Recuerdo que cuando trascendieron las denuncias por acoso y violencia sexual con el movimiento #MeToo en México en 2019 en diversos gremios, numerosos hombres permanecieron en silencio. Muchos de ellos eran amigos o conocían los nombres de los acusados o eran ellos mismos. Alguno se preguntaban ¿por qué no sabían de esto si coexistían en los mismos espacios? Otros no sabían qué hacer ante esta situación, pero muchos optaron por desestimar, rechazar y atacar a las denunciantes y sus testimonios.

Fue en 2023 cuando Richie O’Farrill se vio en una situación de exclusión y agresión por parte de ese grupo al que pertenecía muy de cerca, considerando que se encontraba en un fin de semana de celebración y cercanía con Mau Nieto y Daniel Sosa.

El standupero denunció amenazas de muerte por parte de Mau Nieto, que no es poca cosa, y fue entonces que decidió hablar públicamente sobre lo que conocía y lo que nos dice cómo funcionan muchas veces estas redes.

Richie O’Farrill en su live hablaba sobre cómo entre ellos mismos se convocaban para trabajar en distintos programas de comedia o con Franco Escamilla. Decía también que cada vez que uno reclutaba laboralmente a otro era como si se debieran favores al más puro estilo de la mafia italiana o de El Padrino.

Es así como históricamente se han conformado los llamados “clubs de Toby” en donde los hombres con posiciones de poder trabajan únicamente con sus amigos sin importar el talento o la certificación correcta, sino para ayudarse entre ellos mismos a subir posiciones. No sorprende entonces que muchos gremios estén dominados por los hombres sin incluir a mujeres o incluir solo a quienes les conviene que guarden silencio ante posibles comisiones de delitos o malas acciones.

Sin embargo, la misoginia y la violencia machista están tan internalizadas entre la población mexicana que no solo se ríen de chistes que hacen alusión a esto, sino que no les creemos a las mujeres cuando denuncian a un grupo de hombres que precisamente están en situación de poder. Es decir, se trata precisamente de figuras en su mayoría intocables, ya sea en su gremio, en la sociedad o que son percibidos como intachables, por lo que cuando una mujer levanta la voz intentan minimizarla, mofarse de ella, ignorarla o tildarla de problemática o difícil de trabajar con ella.

Y no es hasta que, uno de estos mismos hombres confirma lo que se dijo en las denuncias que les creen, como si las denuncias de las mujeres necesitaran la validación de otro hombre. Es ahí donde nos aflora a todos el machismo internalizado, cuando un hombre con esa posición de poder o en status privilegiado repite lo que otras mujeres ya dijeron, y es entonces que lo creemos.

Romper el silencio y el pacto patriarcal
Cuando Richie O’Farrill se da cuenta que está desterrado de este grupo es cuando comienza a romper ese pacto de silencio o encubrimiento que tenían, porque sabe que está por perder los privilegios o posición importante que gozaba entre ellos, algún tipo de protección, de fama, de cumplir con expectativas.

Por su parte, Andrea Duarte publicó unos tuits en donde agradecía a Richie O’Farrill «por hablar (en mi caso) LA VERDAD sobre los abusos y agresiones físicas y psicológicas por las que tuve que pasar». Lo cual nos dice mucho de cómo una persona que ha sido víctima y que seguramente vivió mucha revictimización en ese grupo de personas, necesitaba del apoyo de alguien más en ese círculo. Probablemente eran palabras que quería escuchar cuando habló sobre la violencia que vivía por primera vez.

Regresando al #MeToo y a los hombres que se preguntaban ¿en dónde estaban ellos cuando ocurrieron las agresiones que sus compañeras denunciaban? Probablemente ignorándolo todo. El acoso, las violencias y este tipo de agresiones están tan normalizadas que muchas veces como víctima no nos damos cuenta de lo que vivimos.

Es muy probable que entre mujeres y amigas esta situación se conozca: ya sea porque existe la confianza, la empatía de haberlo vivido alguna vez o la necesidad de alertar sobre futuras agresiones.

Cuando escalan estas denuncias a un nivel más público o formal, es cuando son gritos, y las mujeres no deberíamos tener que llegar a ese nivel para ser escuchadas o validadas sobre nuestras vivencias.

Recuerdo alguna vez llegar a mi lugar de trabajo –en donde viví acoso por parte de mi jefe– y esa mañana había sido acosada sexualmente en el transporte. Lo platiqué con mis compañeros hombres porque casi no había mujeres y ambos me dijeron que no era para tanto, que si no lo había imaginado, que son cosas que pasan. Me sentí exagerada, minimicé mi propia incomodidad por no incomodarlos pese a que uno de ellos tenía dos hijas menores y pensé ¿qué pasaría el día que ellas lo vivieran y se lo contaran? ¿Les diría lo mismo?

¿Qué podemos hacer?
Tanto las mujeres como los hombres podemos ser parte de este pacto patriarcal en donde somos testigos de violencias machistas y no decimos nada. Es verdad que no todos los escenarios son blancos o negros.

Como ya vimos en las estadísticas, muchas veces son nuestros jefes los que cometen estas acciones machistas, como compartir chistes misóginos, imágenes que cosifican a la mujer o frases contra las compañeras presentes.

Si tú estás en la conversación, puedes elegir no reírte con los chistes y explicar el porqué no se debe bromear con estos temas. Claro que es difícil increpar a alguien con poder, pero alguien debe dar el primer paso.

Si tu amigo acosa o violenta a una mujer, explícale por qué eso es una agresión y que además es un delito.

Cuestionarte a ti mismo si alguna vez has incurrido en acciones de acoso o violencia contra mujeres u otras personas. Muchas veces no alzamos la voz porque tememos que nos señalen a nosotros primero. Es muy probable que todos hayamos incurrido en violencias machistas por nuestros contextos, pero poder ser conscientes de ello y cambiarlo es otro gran paso.

Reconoce que cuentas con ciertos privilegios ya sea en tu ámbito laboral o público solo por ser hombre: date cuenta de que muchos les creyeron a las denunciantes del caso de Mau Nieto solo cuando Richie O’Farrill lo dijo en público, y que no es una casualidad. No es justo que solo por ser hombres tengan este peso de credibilidad antes que una mujer que denuncia, pero puedes hacer uso de esa voz.

¿Tengo que funar o cancelar a mis amigos – conocidos – ídolos? Claro que no, a menos que sientas que también eres vulnerado en esa relación. ¿Puedes hacer algo? Seguramente, desde la empatía, escuchar a tu amigo ¿por qué cometió esas acciones machistas? ¿Se hace responsable de sus acciones y quiere cambiarlas? Muchas veces si cometieron los actos y se deslindan de ellos, esto puede simplemente significar que no le interesa reconocer sus errores y menos cambiarlos.

Los vínculos entre hombres no necesariamente tienen que ejercerse a partir del poder. Existen otras formas de conectar que no sean confirmando o reafirmando las prácticas machistas de otros hombres.

Si cuestionarte a ti mismo, a tus amigos, ídolos o conocidos por las acciones que impactan a terceros, es incómodo, imagínate haber sido la víctima y vivir con este suceso, más el de denunciar a alguien y todavía ser señalada por mentirosa u otros prejuicios que viven las mujeres que buscan justicia y reparación de los daños.

Fuentes:

Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, INEGI

Fuente: Yahoo

abril 29, 2023 - 10:22 pm

Por: Staff

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