Prácticamente rescatándolo de la jubilación, el partido Redes Sociales Progresistas (RSP), de Elba Esther Gordillo, valora llevar como candidato a diputado federal en Puebla al viejo lobo de mar, conocido por ser un generador de controversias y más de una vez protagonista de escándalos políticos: Víctor Hugo Islas Hernández.
El ex priísta y ex panalista sería postulado por el Distrito 10, con cabecera en Cholula, en donde la fórmula opositora, la alianza Va por México (PRI, PAN y PRD), llevará como abanderado a Humberto Aguilar Coronado, conocido como “El Tigre”.
La contienda, más allá de quién sea el candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), se antoja de pronóstico reservado entre estos dos veteranos ex senadores de la República.
Los dos, tanto el panista, que hace unos días presumió que cumplió 38 años de militancia, como el ex priísta Islas, tuvieron sus etapas de esplendor ya hace mucho tiempo, pero conservan, los dos, el ánimo rijoso que los caracterizó en sus épocas como legisladores.
Los dos también han sido diputados locales y federales, hasta en algún momento, hubo quien los consideró como prospectos a la gubernatura.
Víctor Hugo iría, nos dicen, por la cabeza de Aguilar, porque además entre los dos pudiera haber quedado alguna cuenta pendiente, que se arrastra desde los años 80 y 90, cuando eran dos vigorosos jóvenes, cada quien en su trinchera partidista.
A Víctor Hugo, político de descontón callejero y enfrentamiento directo, ya lo apodan como “El Cazador de Tigres”, por el proyecto de que encabezaría aquel distrito de la zona conurbada con la capital poblana, en donde el panismo enfrenta actualmente altos grados de división.
Una cosa es segura, Islas Hernández nunca se ha caracterizado por ser un político caballeroso, por lo que el panista Humberto Aguilar puede esperar una contienda bastante complicada.
De los dos, se ven ya muy lejos sus mejores momentos.
Islas Hernández, en el sexenio de Manuel Bartlett Díaz, fue premiado incluso con una senaduría de tres años, cuando en esos tiempos la elección de los senadores de lista nacional (plurinominales) solamente duraba a mitad de tiempo que de los de mayoría relativa.
Sin embargo, con los años Víctor Hugo se extravió y sus constante pleitos con los gobernadores en turno, de su mismo partido, Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres, lo fueron relegando.
Su última posición nacional importante fue en la LIX Legislatura (2003-2006), cuando ocupó una curul federal y fue presidente de la Comisión de la Función Pública de San Lázaro. Después, también fue diputado local.
Por su parte, Humberto Aguilar, quien entre broma y desdén, siempre se ha referido a Puebla como “mi aldea”, tocó el cielo del gobierno federal en el foxismo, cuando fue subsecretario de Gobernación, siempre como escudero de Santiago Creel Miranda.
Luego, llegó al Senado de la República para las LX y LXI Legislaturas, de 2006 a 2012, arrastrado por la popularidad del finado Rafael Moreno Valle Rosas, como legislador de mayoría relativa en segunda fórmula, y durante el calderonismo estuvo en la Cámara Alta también a la sombra de Creel.
Islas promete, dicen, traer al Tigre a “pan y agua”.
Y no tiene mucho pan.