Al mismo tiempo que el director de Cambio, Arturo N, era presentado este domingo al mediodía ante un juez de lo penal, su socio y amigo, Ignacio Mier Velázco, publicaba una fotografía todo feliz.
Al menos la sonrisa no la tiene borrada, según la imagen tomada en Durango.
En la fotografía se aprecia al legislador y líder de la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), al lado del secretario de Gobernación federal, Adán Augusto López Hernández.
Fuentes dicen que el poblano ni siquiera estaba invitado al evento, donde el funcionario federal fue a apoyar a Marina Vitela Rodríguez, en su campaña a la gubernatura del estado norteño.
Dicen que al evento, Ignacio Mier se invitó solo, aprovechando que es el líder de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, ya que su meta era hablar con Adán.
Y dicen que fue para cobijarse, ya que el evento se realizó el sábado, a la misma hora que en la Ciudad de México, Arturo R, era detenido por elementos de la Fiscalía de Puebla y de aquella entidad en colaboración.
También se dice que el legislador, pidió clemencia en el caso, sobre todo por la investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), por el presunto lavado de dinero de 400 millones de pesos.
En tanto, son peras y manzanas, el empresario del medio de comunicación, podría pasar un largo rato en el penal de Tepexi de Rodríguez, ya que aunque ahorita sólo está detenido acusado del delito de extorsión, penden sobre él otras tres órdenes de aprehensión por cumplirse.
Y pensar que en su último programa de internet, se mofaba de la posibilidad de la aprehensión.
El día que fue detenido era el día programado para contraer nupcias, pero la vida le dio un giro de 180 grados y pasó lo que muchos esperaban desde hace mucho.
Ahora, el detenido está cosechando lo que sembró durante largos años: silencio total de compañeros en los medios de comunicación y políticos, respecto a algún apoyo.
Incluso, Ignacio Mier mandó mensaje 25 horas después de estar privado de la libertad.
Claro, en un tuit se pronunció, pero fue enfático en el libre albedrío, con lo que el que sabe leer, sabe que se deslinda de su amigo.
Se lava las manos. Simple.
Por eso se dice que fue así la apuesta del legislador: Cortar por lo más débil.
A esta historia, aún le quedan muchos litros de tinta por escribir.
Tiempo al tiempo.