La oposición en Puebla está perdida en quien sabe dónde. Vale para dos cosas: para nada y para una… bueno, ya saben como termina la frase. Si piensan que pueden ganarle a Morena en el 2021 por los errores económicos del presidente y por las fallas en el manejo de la crisis sanitaria pueden quedarse sentados.
En Puebla no hay oposición.
Los aspirantes a presidentes municipales están más preocupados en ser que en representar. No tienen un discurso, no han creado grupos, no han hecho absolutamente nada y esta elección que viene será totalmente atípica: no será de mítines ni concentraciones. Será mucho de discursos en redes sociales.
Quien logre manejar un buen mensaje, un buen discurso, llegar no solo al círculo rojo sino a un buen número de la población será quien gane y si piensan que el PAN estatal o municipal lo saben hacer, les diremos que están perdidos.
El PRI está peor, pues está más interesado en negociar impunidad e inmunidad que en ganar votos y adeptos. Está desdibujado del mapa y si así siguen como hasta ahorita su papel será más para aplaudir y hacerse tontos en los momentos más difíciles.
Morena tiene las de ganar en el 2021 no porque tenga buenos candidatos, sino porque no tiene a nadie contra quien enfrentarse. El panista Eduardo Rivera, por más que haya quien lo quiera justificar y defender, ha preferido apostar por su amistad con el mandatario estatal que en representar a su partido.
Antonio Gali que si bien tiene muchos adeptos, tiene dos cosas que lo frenan: su morenovallismo y que mientras haya una mayoría de Morena en la cámara de diputados lo perseguirán al menos en este 2021.
La verdadera guerra que tendrá Morena será contra Morena, pues al menos Gabriel Biestro, Alejandro Armenta, Claudia Rivera y ahora David Méndez se darán durísimo. Armenta es quien más posibilidades tendría ya que es quien tiene más trayectoria. Biestro se ha desgastado mucho últimamente, Rivera tiene un grupo y como bien dice el periodista Ricardo Morales tiene un grupo que la respalda en Puebla y en el gobierno federal pero la figura de David Méndez es un as bajo la manga.
Méndez Márquez ha tendido buenos puentes, tiene influencia en varias dependencias del gobierno del estado y no es alguien que se haya peleado. Mantiene un perfil bajo en el sentido de no robarle cámara a su jefe Miguel Barbosa. Quizá lo que necesite ahora es más exposición mediática, pero eso ya depende del mandatario, de Morena y de lo que él decida.
Pero retomando la idea original, al no haber oposición, al sólo centrarse en sus discusiones de Twitter, al no encabezar ni representar a nadie perderán una oportunidad histórica. Si algo tiene Barbosa es inteligencia y él está pensando en ganar.
En Puebla no hay oposición y solo es de activistas de sofá, de gritones de redes sociales que no aportan nada.
¿El yunque quiere jugar a ganar o quiere ganar?, ese es el dilema o en pocas palabras, hacerle como antaño ganar perdiendo. Sólo así se entiende por qué a Francisco Fraile lo mandaron a San Andrés Cholula.
Cambios en el municipio
Magaly Herrera es una extraordinaria reportera. La conozco desde hace años y hemos coincidido en muchos espacios y en puntos de vista y hasta en un taller de periodismo narrativo que impartió la escritora Fernanda Melchor.
Personalmente felicito su llegada a Comunicación Social del ayuntamiento de Puebla así como le mando un fuerte abrazo a Rafael Quiroz quien seguramente hará un gran papel en la nueva área que le asignaron ahí en Presidencia. Rafael Quiroz ayudó a tranquilizar las aguas que en su momento estaban muy agitadas.
En fin, una periodista llega a un puesto clave en un momento crítico. Le deseamos como colegas que tenga un gran papel.
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