Un marine que prefirió ‘la vida rápida’; purga condena en EU

El marine Roberto Salazar acostumbraba cruzar la frontera de Tijuana a San Diego con fentanilo oculto en el motor de su auto, y hasta se había mandado componer un narcocorrido que contara sus andanzas.

Salazar cruzó drogas docenas de veces a lo largo de varios años e incluso reclutó a otros dos marines de la base aeronaval de Miramar en el condado de San Diego para mover más drogas.

Su corrido, la balada del marine narco, decía que el joven de familia humilde e hijo de padre deportado había querido estudiar y trabajar, pero que había elegido el narcotráfico por gustarle “la vida rápida”.

Las autoridades federales han tratado de ser muy discretas sobre el caso de los tres infantes de marina latinos metidos en el narcotráfico; se han reservado, por ejemplo, el lapso específico de años en que los jóvenes traficaron drogas y las cantidades. Sin embargo, documentos judiciales mencionan que pasaban desde Tijuana heroína, metanfetaminas, cocaína y fentanilo.

La madre del marine, la Carmen Salazar, dijo en una carta a la corte que su hijo fue ejemplar antes de involucrarse con el tráfico de drogas.

En contraste, el fiscal federal en San Diego, Randy Grossman, dijo que se trata de “un infante de marina que se suponía que debía proteger y defender a nuestro país, pero en cambio, causó un gran daño a los estadunidenses al traficar fentanilo”.

La madre del soldado sigue sin poder explicarse el cambio de su hijo.

Su padre, Roberto Salazar, también fue marine, aun así lo deportaron a Tijuana en el 2005 por una pequeña falta, porque no era ciudadano estadunidense, sino extranjero con residencia legal en el país.

Roberto tenía 10 años cuando las autoridades expulsaron a Tijuana a su padre, quien era el sostén económico de la familia, por lo que junto con Roberto Salazar padre se fueron a vivir a la frontera mexicana la señora Carmen y sus dos hijos, una adolescente y el hijo menor, Roberto.

La señora Carmen dice que su hijo creció en Tijuana como un joven muy popular, miembro de un equipo de futbol y de una iglesia donde lo apreciaban. Una feligrés de su iglesia en Tijuana y San Diego pidió a la corte considerar al militar “como ejemplo de la palabra de Dios” cuando lo sentenciaran.

Doña Carmen explicó sin muchos detalles que su hija, quien llevaba un par de años a Roberto Salazar, decidió cruzar la frontera y como estadunidense se dio de alta con los marines, pero por razones que tampoco explicó, la joven pereció en 2017.

Entonces, Roberto, quien también es estadunidense, decidió seguir los pasos de su padre y de su hermana y se inscribió en los marines en 2019. Un compañero de preparación en la base de Twentynine Palms, Alexis Trejo, dijo que Salazar se perfilaba como un militar esforzado.

Sin embargo, poco después de inscribirse como marine, Salazar perdió a su esposa y quedó como padre soltero de una bebé. Sus actividades de narcotráfico ocurrieron entre 2019 y febrero de 2022, cuando lo detuvieron al cruzar la frontera por la garita de San Ysidro.

Primero le encontraron drogas ocultas en el motor del vehículo, luego, al revisar su celular, encontraron comunicaciones con el narcocompositor que arreglaba su corrido o balada, y también hallaron los nombres de los dos marines de Los Ángeles, pero asignados a Miramar que Salazar había reclutado y pagaba dos mil dólares por cada cruce de drogas.

La corte federal en San Diego recién sentenció a Salazar a 144 meses en prisión, mientras que a sus cómplices José Ernesto López, de 24 años, a 70 meses de cárcel, y a Juan Carlos Zepeda Santos, de 40 años, a purgar 33 meses preso.

Fuente: Excelsior

abril 29, 2023 - 2:20 pm

Por: Staff

Actualidad

Te recomendamos:


Caen tiktokers por drogar y agredir sexualmente a menores...

Gobierno de Biden considera endurecer los criterios de as...

En Tehuacán, Sergio Salomón inicia campaña de prevención ...

Líder opositor ruso Alexey Navalny, fuerte crítico de Put...

Pastor es detenido por vender metanfetamina cristalizada ...