Cuando terminó la participación del equipo de futbol Puebla en el Torneo Guardianes 2021, el entonces técnico camotero, el peruano Juan Reynoso, expresó que había dejado la vara muy alta, haciendo referencia a que había superado las expectativas con la escuadra angelopolitana, dando a entender que para su sucesor sería muy complicado superar lo hecho por él.
Curiosamente, por esas cosas que tiene el futbol, quiso el destino que llegara un joven desconocido en nuestro país para asumir el mando del Puebla que a esas alturas ya había prescindido de hombres importantes como Nicolás Vikonis, Brayan Angulo, Alejandro Chumacero, Osvaldo Martínez, Pablo González, Daniel Arreola, Néstor Vidrio y Alan Acosta, entre otros, lo que no presagiaba nada bueno para el Guardianes 2021.
Sin embargo, Nicolás Larcamón tomó al toro por los cuernos y aceptó el reto, y con ello se fue conformando un plantel discreto con el arribo de refuerzos como Clifford Aboagye, Lucas Maia, Juan Pablo Segovia, Guillermo Martínez, Antony Silva y Diego De Buen, que generaron una expectativa mínima, tal vez, en el mejor de los casos, con el objetivo de igualar el número de puntos que hizo el peruano Reynoso, 20 unidades, y ni hablar de liguilla.
Pero los resultados empezaron a llegar y jornada a jornada el número de personas que volteaban a ver a este Puebla aumentaba, y con ello la ilusión de los verdaderos aficionados de la franja en ver a su equipo en la liguilla por segundo torneo consecutivo.
Y de pronto la escuadra ya había superado los 20 puntos de Juan “vara alta” Reynoso, y entonces la posibilidad de superar lo hecho por otros planteles camoteros en la historia de los torneos cortos en cuestión de puntos empezó a crecer, hasta que se llegó a la cifra de 28 unidades y con ello hacer de esta franja la segunda mejor desde que surgieron estos campeonatos, en 1996, año en el que el Club Puebla sumó 31 puntos.
Y se calificó a la liguilla de manera directa, evitando la repesca, y con ello se le propinó a Reynoso su segundo tapón de boca, pero todavía faltaba lo mejor: llegar a la semifinal, esa que en el Guardianes 2020 no pudo alcanzarse porque León se cruzó en el camino, y entonces sí el reto quedaba superado.
Lamentablemente, la franja se quedó en la semifinal, pero a diferencia de otros años en los que el equipo era despedido con silbidos y gritos de desaprobación, por sus pésimos torneos, esta vez, y de ello fuimos testigos, la noble afición poblana despidió a su técnico y a sus jugadores con aplausos y porras.
Ya como para rematar lo hecho en el torneo, este lunes la directiva renovó por 3 torneos cortos (un año y medio) más al hombre que se robó la atención de propios y extraños: Nicolás Larcamón, el que sí puede afirmar que ha dejado una vara muy alta, incluso para él mismo.
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