Un gran debate se ha armado respecto al operativo centinela y el cálculo de cuántas personas podrían estar contagiadas por Covid-19. Hasta el 8 de abril pasado, según las cuentas oficiales era un estimado de 26 mil personas en todo México. No obstante, nadie ha preguntado si es que existe un monitoreo de cuántos empleos se han perdido y cuántos negocios han cerrado en el país, en el estado y en los municipios.
El virus es intangible y sólo hasta que una persona conoce un caso cercano o es ella la que se contagió del coronavirus lo cree, pero algo ocurre en el sector económico: ¿Cuánto puede sostener un empresario pequeño o micro el salario de sus empleados?, ¿cuánto puede aguantar él (o ella) como jefe de familia?
No estamos llamando, como el lector de noticias Javier Alatorre, a que no hagamos caso del vocero oficial de la pandemia. Jamás. No se trata de caer en ese tipo de teatros armados desde algún lugar de Palacio Nacional. El tema es cómo se está sobrellevando el tema económico en diversas empresas pequeñas en las que ya han caído sus ventas.
Es curioso que esos datos y cifras ni el presidente ni los gobernadores le quieren entrar. Al fin y al cabo, ellos no son responsables del contagio, pero de crear estrategias económicas para sobrevivir, sí.
Tomemos de ejemplo a un mesero: los que se dedican a este servicio tienen un salario de entre cuatro a seis mil pesos al mes. Así se ha establecido porque su ingreso fuerte son las propinas. Mismas que se reparten diariamente desde el capitán hasta los dedicados a la limpieza del restaurante, pasando por cocineros y el cheff del lugar.
Como el restaurante de manera responsable cerró sus puertas, ¿cuánto dejaron de percibir sus empleados? Es claro que el dueño sí les ha pagado sus salarios sin ventas y quizá se ha ahorrado mucho en la compra de los perecederos, pero las ventas caen, el mesero que debe llevar dinero a su casa llega con menos y de ahí empieza una cadena que afecta no a un sector sino a muchos.
Gobiernos estatales llaman a las escuelas particulares a aguantar en el cobro de las colegiaturas o cancelarlas por el momento. Medida que suena bien por solidaridad, pero hay colegios que deben pagar no solo el sueldo a los maestros sino a los administrativos y personal de intendencia. Todo depende del tipo de colegio, ya que hay muy pequeños que no les alcanzará y deberán despedir a dos o tres secretarias para aguantar.
Y si nos vamos negocio por negocio muchos caerán sino por un virus por necesidad económica, en varios lugares ya comenzaron los anuncios de que «nomás hasta mayo y vemos después». Ya que muchos no pueden soportar el pago de nóminas en donde no hay ventas porque sus comercios no son considerados como prioritarios.
Todos los días vemos, eso sí, un cálculo de cuántos enfermos, cuantos posibles contagiados, cuántos rehabilitados y hasta el número de decesos, pero mientras miramos esa telenovela nadie nos ha dicho realmente y nadie es nadie, qué vamos a hacer para afrontar una crisis económica.
Sí, ya se entregarán algunos créditos, pero hay negocios que no serán candidatos para recibirlos. No hay hasta hoy una estrategia clara para enfrentar una crisis económica que no se viene porque ya está.
Sería bueno investigar cuántos negocios no pudieron pagar el alquiler del local u oficina en este mes de abril, cuántos pidieron prórrogas o dieron solo la mitad, cuántos ya dealojaron su local porque de plano no pueden mantener una oficina que además estará cerrada.
¿Cuántas personas mayores tienen dos o tres locales o espacios para rentar y de eso viven?, pero llevan uno o dos meses sin cobrar porque no tiene para pagar quien habita ahí.
Eso no lo han calculado los gobiernos ni el federal ni los estatales ni los municipales. Son miles y miles de empleos que no solo son taquerías, salones de belleza y talleres, como se quiere ver a la pequeña economía.
¿Saben cuántos negocios salieron afectados con el cierre vehicular del centro histórico de Puebla? Y no estamos en contra de la medida, si se tiene que hacer que se haga, pero ¿cuántas personas resultaron afectadas?
Los que sobrevivan por la salud y los que tengan negocio a final de año serán los más fuertes, parece que la ley de la selección natural se impondrá, pero no se apuren que ya tenemos un nuevo estadio de beisbol y el titular de la Comisión Federal de Electricidad no perderá ninguna de sus propiedades porque aunque no le suba el costo a la luz, la seguirá cobrando, faltaba más.
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