El góber de Jalisco Enrique Alfaro Ramírez desde el inicio de la cuarta transformación quiso ser el líder de los opositores a Andrés Manuel López Obrador, pero se chingó la rodilla, pues se le atravesó Rafael Moreno Valle Rosas, quien no sólo (haiga sido como haiga sido) ganó en la mesa la gubernatura para su esposa sino que encabezó a los juristas mexicanos para que no se metieran con su salario, además el ex gobernador poblano presentó una controversia constitucional por el tema de los súper delegados en los estados.
Es decir, Moreno Valle le comió el mandado, pues le declaró la guerra a López Obrador y Enrique Alfaro, al verse rebasado por el poblano, mejor se fue a echar unas tortas ahogadas a su tierra.
Tras la trágica muerte del senador y la gobernadora, el mandatario jalisciense quiso regresar por sus fueros a hacer la guerra contra la cuarta transformación y propuso a través de Movimiento Ciudadano que se apoyara a Enrique Cárdenas Sánchez, situación que se compró muy bien el panista Marko Cortés, pues hasta parecía que le arrebataron la idea.
No obstante, Alfaro Ramírez al ver que el candidato del PAN-PRD-MC no levantaba decidió mandar a sus empresas para crear la guerra sucia contra Luis Miguel Barbosa y, lo más probable, es que con una buena cantidad de melones y las sandías que quieran, pero se chingó su otra rodilla, pues no sólo fue evidenciado con el tuit de la empresa que invitaba a Cárdenas a un acto en la tierra del mariachi y el tequila, sino que se confirmó lo que ya se venía denunciando desde hace un mes.
¿Qué pretende Enrique Alfaro con minar la fuerza de Morena en Puebla? Evidentemente no es una guerra personal contra Barbosa Huerta, sino quiere plantarle cara al gobierno de Andrés Manuel López Obrador porque evidentemente busca ser el abanderado del 2024 por lo que quede del PAN-PRD-Movimiento Ciudadano.
Por eso la desesperación, porque el ex rector de la UDLAP nomás no hace ni cosquillas, las encuestadoras más serias ponen con más de 20 puntos de ventaja a Luis Miguel Barbosa frente a Cárdenas Sánchez. Y si el dos de junio los resultados le son adversos, pues ya no le quedarán más rodillas al gobernador jalisciense.
Cuando se acaban los argumentos comienza la guerra sucia y quien saque el ventilador con heces es quien va rumbo al fracaso.
Es cierto que, como bien lo apuntó Ricardo Morales, hay un desgaste en la imagen del presidente es normal y natural, pero esa caída no es tan grande como para arrastrar al candidato de Morena en el estado de Puebla.
Otro detalle es que ahorita no hay quien encabece a una oposición seria, honestamente no la representa ni Fox ni Calderón, mucho menos Javier Lozano que un día es del PRI, otro día es del PAN y otra vez está en el PRI y júrelo que muere por regresar a Acción Nacional. Tampoco las señoras de las Lomas, ni los que se quedaron fuera de las nóminas gubernamentales, ni algunos personajes impresentables como los Ferriz.
Urge un liderazgo emergente que encabece un contrapeso real, porque sino vamos a ver a toda esa bola de mafufadas en las benditas redes sociales, que honestamente ya cansan. Ya saben a qué me refiero, puras descalificaciones de uno y de otro bando que no sirven para nada.
Enrique Alfaro quedó al descubierto y si gana Barbosa la contienda extraordinaria tendrá un adversario del mismo nivel y ahora se chingará el muslo si quiere llegar a la Presidencia de la República, porque ya no tiene más rodillas. Alguien lo engañó al venderle la figura de Cárdenas, por cierto.
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