Alerta en la carretera Atlixco-Puebla por ola de robos

La carretera Atlixco-Puebla se convirtió en una auténtica “boca de lobo”. Los asaltos en dicha vialidad van en aumento.

Un integrante de la Comunidad Efekto10 Noticias compartió su experiencia en dicha vialidad; en donde fue víctima

A continuación, el relato

“Ayer, alrededor de 8:30 pm tomé la carretera Atlixco-Puebla, iba sola y ya estaba algo oscuro. Aproximadamente en el kilómetro 13 sentí que ‘una piedra’ golpeó mi coche muy fuerte. Como ya había escuchado que pasaban cosas así, lo mejor era seguir avanzando, lo hice unos kilómetros más. Sin embargo, llegó un punto en donde sentía el coche muy raro y como el golpe que escuché había sido tan fuerte, me dio mucho miedo que no hubiera sido una llanta ponchada, sino algo del motor u otra cosa (totalmente ignorante de mi parte, lo reconozco) que decidí orillarme.

”Cuando me bajé, me percaté que tenía la llanta del lado del copiloto totalmente desinflada (no me fije que la llanta de atrás del mismo lado estaba igual, quizá haberme dado cuenta de lo anterior, me hubiera ayudado a detectar que no podía ser casualidad que dos llantas estuvieras destruidas y que por mi seguridad mejor siguiera mi camino aunque fuera a 20 km por hora).

”En el inter, entre lo que seguía avanzando y me estacioné, me comuniqué con mi hermana para contarle lo que había pasado, mandarle mi ubicación y ver si ella y su novio (que también estaban en Atlixco) podían ir a ayudarme, aunque yo ya estaba más cerca de Puebla. Mi hermana me dijo que obvio irían, pero que sería buena idea marcarle también a mi mejor amigo, porque quizá él podía llegar más rápido y que seguramente tenía más experiencia cambiando llantas, así que eso hice.

”El hecho de saber que mi mejor amigo ya venía en camino y que enfrente de mí (a unos 500 metros) había otro coche parado, con las intermitentes prendidas, me tranquilizó. Pensé que quizá le había pasado lo mismo y que seguramente había sido alguna piedra que se cayó naturalmente a la carretera.

”Cabe señalar que en mi recorrido, también vi a otro coche parado (quizá 1 km antes). Ahora pienso que la posición de ese coche y el que tenía enfrente de mí, es estratégica para monitorear si efectivamente una vez que la piedra te golpea, te paras o si pese a tener las llantas desinfladas, sigues avanzando.

”En lo que mi amigo llegaba, decidí marcarle también a mi mamá para avisarle que se me había ponchado una llanta y que iba a llegar más tarde. Justo estaba hablando con ella, cuando un Golf, color plata se me cerró, se puso enfrente de mí para evitar que prendiera el coche y en dos segundos, tenía a 2 tipos de mi lado, golpeando el vidrio y otros 2, del lado del copilo; uno de ellos tenía una pistola.

”Empecé a gritar como loca y a decirles que no me hicieran nada (no me imagino la angustia de mi mamá al escuchar mis gritos y las voces de los hombres a través del celular). Yo estaba paralizada y no sabía que hacer más que gritar, no sabía si bajar los vidrios, bajarme del coche o qué hacer y como no hacía nada más que gritar, empezaron a darle de patadas a los vidrios del coche, hasta que finalmente rompieron el del lado del copiloto.

”Cuando pasó eso, me baje del coche (tenía mucho miedo de que también rompieran el vidrio de mi lado y me cortara) y uno de ellos dijo ‘está bonita, ¿y si nos la llevábamos?’, yo sólo gritaba que no me hicieran nada y que se llevaran todo. Jalándome, me llevaron al lado del copiloto (supongo que para que fuera más difícil para los coches que iban pasando, ver algo inusual y detectar el asalto). Me decían una serie de leperadas y que me callara o que me iba a ir mal, así que decidí ‘portarme bien’.

”Estaban revisando lo que traía en mi bolsa, mientras me preguntaban si traía algo más. Otro me intentaba quitar la pulsera y mis aretes, otro me manoseo y me rompió el tirante del vestido. Afortunadamente, no me hicieron nada más.

”Luego, me pidieron que les desbloqueara mi celular y que le borrara todo para que pudieran utilizarlo, a lo cual, les dije que no sabía cómo hacerlo (cosa que es realmente cierta y que los que me conocen, saben que la tecnología, entre muchas otras cosas, no se mi fuerte). Uno se enojó y me dijo ‘no te hagas pen….ja, cómo no vas a saber’, a lo cual, yo le volví a contestar que de verdad no sabía y que lo único que podía darles era mi clave de desbloqueo. Se las di, lo desbloquearon y me volvieron a insistir para ‘dejar mi celular en limpio’ y yo nuevamente, le dije, que de verdad no sabía y les suplicaba que sólo se lo llevaran.

”En ese momento, alguien marcó a mi celular (ahora sé que fue mi hermana), le contestó el asaltante y le dijo que yo estaba muy borracha y que le había chocado pero que estaba bien. Simultáneamente, otro que ya se había alejado con mi bolsa a un coche que se puso atrás del mío, les grito ‘trae buena lana, ya vámonos’ (supongo que se refería al efectivo que había en mi cartera), así que me empujaron contra la lámina del coche y luego me metieron a los asientos de atrás del coche.

”Cuando se fueron, me baje del coche y hacía señales a los coches que pasaban, para ver si alguien me podía ayudar; necesitaba desesperadamente un celular para decirle a mi mamá que estaba bien y que sólo me habían asaltado. Realmente creo que para mi mamá la situación ha de haber sido más traumante que para mí, porque lo único que ella sabía, es que su hija estaba sola en la carretera, con una llanta ponchada (en realidad dos rines y llantas destruidos) y que empecé a gritar como loca y que había hombres ‘haciendo algo’. En cambio yo sabía que ‘dentro de lo malo, me estaba yendo muy bien’.

”Nadie se paró a ayudarme y no los juzgo. Honestamente no sé si yo lo hubiera hecho en una situación similar, posiblemente hubiera pensado que si yo me bajaba, mi vida podría peligrar y que quizá esa persona pidiendo ayuda no era la “víctima de un delito”, sino el ‘victimario o la carnada’. Sin embargo, creo que hay que estar al pendiente de todo lo que pase a nuestro alrededor y avisar en la caseta de cobro y quizá poner en redes sociales que hay alguien en ‘X km de la carretera’, haciendo señales para pedir ayuda.

”El tiempo entre lo que se fueron los asaltantes y llegó mi amigo con su familia a ayudarme, me pareció eterno. La policía llegó como 1 hora después de mi amigo (con eso les digo todo) e incluso, él me contó que en el camino de su casa a mi ubicación, se encontró a dos patrullas, a quienes les dijo que por favor lo siguieran porque me habían asaltado, a lo cual, una le dijo que no podía porque tenía la llanta ponchada (era cierto) y la otra, que solo no decidió seguirlos.

”En el tiempo en el que me estaban cambiando los rines y las llantas, mi amigo se percató que otro coche seguía avanzando con una llanta ponchada. De corazón espero que a la(s) persona(s) que iban en ese coche, no les haya pasado nada.

”Cuando llegamos a la caseta, vimos a dos coches más que también les había pasado lo mismo que a mí. A uno de ellos también lo asaltaron (pero no le rompieron el vidrio) y como el otro, no se paró, ‘no le hicieron nada’.

”Les comparto lo anterior, porque de verdad es la peor sensación que he tenido en mi vida y no se la deseo a nadie. Tenía mucho miedo de que me secuestraran o que me violaran y al final, sé que soy muy afortunada porque sólo me asaltaron y porque mi familia y amigos hicieron todo lo que estaba en sus manos para ayudarme y que yo estuviera bien. Lo que realmente es triste, es decir que soy afortunada porque ‘sólo me asaltaron’, cuando en realidad fue una situación bastante traumante y que no debería pasar, pero que comparado con las historias que viven más personas, fue algo ‘bastante leve’”.

Foto: Es Imagen / José Castañares

junio 22, 2020 - 1:00 pm

Por: Staff

Municipios

Te recomendamos: