El Gobierno de Italia trabaja en un programa nacional que permita la reanudación de buena parte de la actividad productiva e industrial a partir del 3 de mayo, cuando expirará el decreto de confinamiento a causa de la pandemia de Covid-19.

El Primer Ministro Giuseppe Conte sostuvo una reunión con el comité técnico-científico y de expertos económicos y sociales para analizar cómo operar la conocida la segunda fase de reapertura gradual del país.

«(Se trabaja) en un programa nacional que permita una reanudación de buena parte de las actividades productivas en condiciones de máxima seguridad», indican fuentes del Ejecutivo.

«Estos planes integrarán una gestión organizada y coordinada de las actividades industriales, logísticas y de transportes que tendrá en cuenta las fluctuaciones de la curva epidemiológica».

Las autoridades insistieron en que el bloqueo del país expira el 3 de mayo – como consta el decreto del Gobierno -, y no se prevé ningún cambio por el momento.

«Los efectos positivos de la contención del virus y de mitigación del contagio empiezan a verse, pero no son suficientes para permitir una aligeración de las obligaciones actuales y una bajada de atención», señalaron.

Conte, por su parte, aseguró en sus redes sociales que se está estudiando la implementación de hospitales únicamente dedicados al Covid-19 y el uso de aplicaciones tecnológicas y pruebas para contener el brote y evitar eventuales repuntes en el futuro.

La petición de las regiones italianas

El Primer Ministro también se reunió por videoconferencia con los representantes de las distintas regiones italianas, quienes solicitaron «líneas guía nacionales» para gestionar de una forma coordinada y uniforme la reanudación de la economía y la industria.

Este encuentro llega tras las divergencias entre algunas entidades del norte y sur (la zona más afectada y menos azotada respectivamente).

La Conferencia de las Regiones y las Provincias Autónomas entregó a Conte un documento en relación con la reactivación y, sobre esto, consideran «necesario posponer, respecto a la primera fase de la reapertura, la movilidad entre regiones».

Por otro lado, piden instrucciones armonizadas en toda Italia para al reapertura siempre y cuando garanticen a las regiones autonomía para gestionar sus propias singularidades.

En materia de dispositivos de seguridad, pruebas o aplicaciones de trazado de contactos, demandan homogeneidad a fin de evitar confusiones y homologar la distribución de mascarillas y guantes entre la población.

Asimismo, plantean que se gradúe la apertura de empresas, se reorganice la movilidad de la ciudadanía en el transporte público y se tomen medidas para garantizar el distanciamiento social.

Varios sectores desde hace una semana han estimado que es posible reiniciar el motor económico del país – el algunas áreas – desde el 27 de abril.

En concreto, las regiones italianas apuestan por retomar las obras de construcción al aire libre (como las tareas de reedificación de las zonas dañadas por los terremotos de 2016 y 2017), así como por reabrir algunas fábricas «mayormente expuestas a la competencia internacional».