Falsificación y desinformación: las armas con las que se ataca a los periodistas en una guerra moderna

“En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, ponemos el foco en la labor fundamental de los periodistas y otros trabajadores de los medios de comunicación que buscan la transparencia y la rendición de cuentas de quienes ocupan el poder, a menudo con gran riesgo personal”, dijo este martes António Guterres, secretario General de las Naciones Unidas.

El mensaje de António Guterres para la ocasión recordó que, pese al papel clave de los periodistas en una sociedad informada, su libertad sufre amenazas día tras día y que éstas se ha multiplicado con el crecimiento de las plataformas digitales.

“La tecnología digital ha democratizado el acceso a la información. Pero también ha creado graves desafíos”, apuntó Guterres, y explicó que los modelos de negocio de muchas plataformas de medios sociales no se basan en aumentar el acceso a la información precisa, sino en aumentar la implicación de los usuarios, “lo que con frecuencia significa provocar indignación y difundir mentiras”.

“Los trabajadores de los medios de comunicación en zonas de guerra no solo están amenazados por las bombas y las balas, sino también por las armas de falsificación y desinformación que acompañan a la guerra moderna”, sostuvo.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la vigilancia y la piratería informática están poniendo en peligro al periodismo a un grado tal que ha orillado a los expertos de la ONU en derechos humanos a pedir una moratoria mundial temporal en la venta y transferencia de tecnología de vigilancia.

La UNESCO afirmó que la creciente sofisticación e indetectabilidad de los programas maliciosos y espías y su creciente uso contra periodistas y personas defensoras de los derechos humanos por parte de actores estatales y no estatales ponen en peligro el periodismo libre e independiente.

Esta vigilancia puede poner al descubierto la información recopilada por los periodistas, incluida la de los denunciantes, y viola el principio de protección de las fuentes, que se considera un requisito previo para la libertad de los medios de comunicación y está consagrado en las resoluciones de la ONU.

La vigilancia también puede perjudicar la seguridad de los periodistas al revelar información privada sensible que podría ser utilizada para acosarlos judicialmente o atacarlos arbitrariamente.

El libre ejercicio del periodismo es amenazado también por el monitoreo de los movimientos de los periodistas por medio de la inteligencia artificial y el troleo de informadores mediante la extracción de datos y los ataques automatizados.

Además, la reducción de costos de esta tecnología ha permitido la ampliación, desproporción y duración de la vigilancia ilegítima por actores gubernamentales o privados sin que los periodistas o sus fuentes se den cuenta o puedan defenderse.

António Guterres señaló que los periodistas pueden ser atacados por representar al enemigo, o acusados de espionaje, detenidos o asesinados, sencillamente por hacer su trabajo.

“La tecnología digital también facilita mucho más la censura ya que los periodista y directores de medios de todo el mundo corren el riesgo constante de que sus programas y reportajes sean retirados de las redes”, acotó.

Según la Unesco, más del 83% de la población mundial vive en un país donde la libertad de prensa ha disminuido en los últimos cinco años.

El titular de la ONU agregó que la tecnología digital crea nuevos cauces para la opresión y el abuso, y recalcó que las mujeres periodistas están especialmente expuestas al acoso y la violencia en línea.

Sociedades manipuladas

Consideró que aunque los métodos y las herramientas cambien, el objetivo de desacreditar a los medios de comunicación y encubrir la verdad sigue siendo el mismo de siempre, al igual que es el resultado: “personas y sociedades son incapaces de distinguir la realidad de la ficción y que pueden ser manipuladas de forma espeluznante”.

Con respecto a esto, la Unesco ha advertido que la creciente dependencia de los servicios digitales implica que los ciudadanos a menudo compartan, sin saberlo, información y datos privados a cambio de servicios gratuitos. Estos dejan una “huella digital” que puede ser analizada en tiempo real o a posteriori por agentes hostiles e ilegítimos. Además, los datos que poseen las empresas de internet y de cibervigilancia sobre la vida personal a menudo pueden ser obtenidos por las autoridades sin cumplir con el debido proceso o la transparencia.

Este uso ilegítimo y malicioso de los datos de las personas allana el camino para la diseminación de información falsa y desacreditación del trabajo periodístico.

Con información de ONU Noticias
Foto: Es Imagen / Daniel Casas

mayo 3, 2022 - 4:00 pm

Por: Staff

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