Geólogos del Centro de Vinculación de la BUAP presentaron el estudio que efectuaron del río Atoyac ante la comisión de Desarrollo Urbano; ahí, informaron que en el recorrido de 37 kilómetros que efectuaron se detectaron 217 descargas que contaminan; de ellas, 200 son domésticas y solo 17 de tipo industrial. Todas están identificadas a través de coordenadas.
“El objetivos principal de este proyecto básicamente era geolocalizar, mediante una campaña terrestre y de asistencia dron, las descargas que se encontraban en las márgenes del río Atoyac, en sus zonas aledañas; esto en 37 kilómetros que se recorrió en campaña terrestre como en vuelo tripulado de dron”, detalló Ignacio Muñoz Máximo, responsable de proyectos Geociencias Aplicadas y Agricultura de Precisión del Centro Universitario de Vinculación de la BUAP.
Ante la presidenta de la comisión de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, la regidora Myriam Arabián Couttolenc, los geólogos de la BUAP indicaron que el análisis que se efectuó y toda la información generada fue entregada a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Sustentabilidad a cargo de Gabriel Navarro Guerrero donde destaca información relacionada con las descargas que se efectúan de manera irregular y clandestina.
En la primera comisión de desarrollo Urbano del año que preside la regidora @myriamarabian geólogos de la @BUAPoficial presentan estudio de Fotointerpretación del @rioatoyac @Efekto10 @riva_leo pic.twitter.com/pIFKLdxTEq
— Laura Hernández V. (@Laura_Villagran) 11 de enero de 2018
“Lo que encontramos también es que existe una cantidad muy amplia de descargas asociadas a la zona urbana, son alrededor de 123 en toda la margen que corresponde al municipio de Puebla, muchas de estas descargas inclusive están cobijadas por vegetación. Algo que vimos fue que en aquellos lugares que no querían que se viera la descarga se cobijó con vegetación inducida inclusive”, acotó.
En tanto, Gabriel Sosa Arellano, especialista en prototipado y automatización del áreas de investigación aplicada abundó que el análisis se efectuó tanto con el apoyo de drones como de cámaras terrestres con lo que se obtuvieron impresiones 3D de diversas áreas del Río Atoyac, logrando imágenes con una excelente resolución para dar un eficaz seguimiento.
