Ibero Puebla comparte proyectos de incidencia comunitaria

La innovación formativa, tecnológica y organizacional de estos trabajos se basa en las necesidades expresadas por las personas de las comunidades receptoras.

Una de las directrices de la Ibero Puebla es la generación de conocimiento útil para el cambio social y que encuentra la armonía entre la ciencia y los saberes comunitarios. El resultado de esta dialéctica ha sido una serie de proyectos coordinados por investigadores, pero cuyo desarrollo es comandado primordialmente por los beneficiarios.

Desde hace dos años, el Laboratorio de Innovación Económica y Social (LAINES) de la Ibero Puebla comenzó el pilotaje de cooperativas generadoras de energías limpias con el fin de constituir un modelo que pueda ser replicado en otras partes de México y el mundo.

De acuerdo con la directora del LAINES, Marcela Ibarra Mateos, el proyecto apuesta por una generación distribuida de la energía como respuesta a los modelos extractivistas. Se trata de una propuesta que pone a las localidades en el centro de la generación y uso de recursos. “Nuestro trabajo tiene que ver con el compromiso con el entorno y el medioambiente, en donde la cooperación es el punto central. El fin es la vida y no el enriquecimiento”.

Las cooperativas fueron implementadas en cinco territorios del país. En Puebla, la beneficiaria fue la comunidad de Cuetzalan con el objetivo de consolidar un plan de soberanía energética en la sierra norte. Para ello, se determinaron protocolos de incidencia con base en las necesidades de cada lugar, siempre en contacto directo con los líderes territoriales y los grupos de coordinación.

De manera paralela, Cristina Ortiz De Montellano Nolasco, también del LAINES, desarrolló un dispositivo pedagógico de microaprendizaje en formato de pódcast para comunidades indígenas de Puebla. Se trata de la continuación de Voces de la Economía Social, programa dirigido a orientadores de economías solidarias que presenta problemáticas reales y cómo podrían solucionarse.

Cada episodio de microlearning está vinculado a materiales multimedia para complementar los procesos formativos. Con la pandemia, el programa expandió sus públicos meta para alcanzar a las comunidades tzeltales de la zona selva de Chiapas. Los contenidos fueron grabados en español y tzeltal y su distribución se dio gracias a la donación de tabletas por parte de un patrocinador.

El nuevo pódcast, Diálogo de Saberes, se complementa con materiales de seguimiento diseñados por profesores de las propias comunidades indígenas del estado. Bienestar, derecho y justicia indígena, organización comunitaria fueron algunos temas propuestos por los usuarios. El objetivo de las autoras es pilotear el proyecto para comprobar su funcionalidad, además de traducir los materiales al náhuatl y al otomí.

Procesos formativos

En su encuentro mientras estudiaban el posgrado, Jessica Utrera Capetillo y Sindy Carteño Arroyo unieron esfuerzos para reflexionar sobre cómo personas jóvenes de comunidades en Puebla y Oaxaca han sido históricamente estigmatizadas en medios de comunicación masivos.

Así nació Bakú Comunicación, un centro de medios que ofrece talleres de fotografía, periodismo, redacción, radio y construcción de cartografías sociales. Los primeros ejercicios del colectivo, emprendidos en el Centro de Bienestar Social de Xonaca, la Casa Ibero Segundo Montes, SJ y el Centro Comunitario Kali Mexikli en Nealtican, incluyeron una práctica de radio bocina y la elaboración una revista colectiva con temas de interés social.

Una de estas temáticas fue el medioambiente. Los habitantes del barrio de Xonaca realizaron recorridos por los alrededores para identificar las zonas más vulnerables y escribir al respecto. Los pobladores mostraron interés especial por aquellas violencias a las que sus comunidades están sujetas: inseguridad, carencias sanitarias, falta de servicios básicos, desempleo y deserción escolar.

Las investigadoras encontraron que el consumo de medios masivos ha generado que los jóvenes simpaticen con modelos de vida que aspiran al consumismo y el individualismo, lo que elimina los lazos sociales propios de aquellas regiones. Por otro lado, la falta de espacios físicos para la convivencia ha propiciado sentimientos de olvido y desesperanza.

A su vez, se ha evidenciado que las comunidades organizadas ven la comunicación comunitaria como una forma de resistencia y ejercicio de poder frente a las vulnerabilidad, así como un mecanismo para la generación de experiencias de vida positivas.

De manera similar al trabajo de Utrera y Carteño, la Licenciatura en Ciencias Ambientales y Desarrollo Sustentable ha emprendido diversos proyectos de incidencia en el estado. El más reciente de ellos, coordinado por Susana Cruz Ramírez, consiste en la implementación de talleres participativos para escuchar las necesidades de San Jerónimo Tecuanipan.

Entre las problemáticas identificadas en el primer sondeo se encuentran la organización comunitaria; la gestión del agua y el territorio; el cuidado del campo y la cantera, y la protección de los espacios forestales. Estos insumos han servido a la académica para comenzar la creación de una escuela de campo donde se aborden temas como la gestión del territorio, la educación ambiental, agroecología y redes de empresas sociales.

marzo 22, 2022 - 11:30 am

Por: Staff

Educación

Te recomendamos:


Acumula Puebla 49 casos activos por COVID-19: Salud

Recordar aumenta la vida

Firman fiscalías y procuradurías de cinco estados conveni...

UDLAP presenta exposición de paratextos, con obras integr...

Preside Paola Angon ceremonia conmemorativa al 107 Aniver...