La actriz Kim Basinger compró un pueblo y la llevó a la ruina: esta es la historia

En 1989, Kim Basinger era la sex-symbol indiscutida y una mujer con un presente opaco.

La película ‘Nueve semanas y media’, junto a Mickey Rourke, significó una explosión de fama. Pero el rodaje había sido una tortura psicológica. Sus ataques de pánico, la vulnerabilidad y la manipulación emocional del director Adrian Lyne habían hecho estragos en ella.

Además, Lyne había creado tal hostilidad entre ella y Mickey Rourke que hasta les prohibió hablar entre ellos fuera del rodaje para que la trama fuera más verosímil.

En medio de esa maraña de confusiones, Kim hizo su negocio más estrafalario y el que le costó más caro: la compra del pueblo de Braselton. Un lugar de 2.000 hectáreas, ubicado cerca del lugar que la vio nacer, y que la familia cuyo apellido le dio el nombre al lugar había conservado durante 113 años.

El 31 de marzo de ese año el diario The New York Times publicó la noticia sobre esa transacción. El texto contaba que la inversión fue de 20 millones de dólares.

El fastuoso plan de Basinger

Con esta inversión, el pueblo encontraba una magnífica forma de promoción y la actriz tenía el terreno necesario para cumplir su sueño más estrafalario.

¿Cuál era su idea? Una nota del sitio Vía Empresa cuenta que la intención era la creación de un parque temático sobre Hollywood con estudios de grabación para atraer también a la industria cinematográfica. Algo así como una réplica de la emblemática meca del espectáculo.

Según la nota del New York Times, un porcentaje de los 500 habitantes del pueblo esperaban la llegada de Basinger para impulsar la zona y otros miraban con escepticismo el cambio.

Quien no dudaba del proyecto, dice la nota de Vía Empresa, era Ann Basinger, que aseguraba que su hija «tiene una gran mentalidad para los negocios».
Del capricho a la realidad

Años después la actriz se declaró en bancarrota y finalmente vendió el lugar por un millón de dólares.

Algunos años más tarde contó que la decisión de la inversión la tomó al quedar atascada en la ruta a esa altura. Ahí leyó el cartel: «Si vivieras aquí, ya estarías en casa». Un buen slogan, aunque la dejó en ruinas.

Hoy, la ciudad tiene más de 2.000 habitantes y cuenta con plantas fabriles de renombre como Sears, Panoz Motor Sports Group o las prestigiosas bodegas Chateau Elan Winery.

Después de la quiebra

El comienzo de la siguiente década llegó con el rodaje de ‘Ella siempre dice sí’. Ahí, los retrasos de las escenas fueron legendarios ya que tenía una intensa vida sexual con su colega, Alec Baldwin, que hoy está en boca de la prensa por el fatal accidente durante un ensayo en el set de ‘Rust’. Él, por otra parte, hacía alardes de su cólera lanzando sillas por el aire o estampando teléfonos contra el suelo.

En esos años, ella decía solo lavar su melena con agua Evian. O se negaba a decir el guion porque no le gustaba o porque le molestaba rodar con luz solar.

A principios de los 90, Baldwin y Basinger se casaron. El divorcio, además de controvertido, demandó importantes desembolsos.
El revés de Kim Basinger

Las consecuencias de sus acciones fueron inmediatas. Al muy poco tiempo tuvo que pagar unos 8 millones de dólares a los productores de ‘Mi obsesión por Helena’ por no cumplir un acuerdo verbal.

En un cambio de suerte, Kim protagonizó la famosa publicidad navideña de Freixenet. Se dice que aceptó la propuesta después de declararse en bancarrota.
Kim Basinger hoy

La sex symbol de los 80 vive dedicada prácticamente a su hija, la modelo Ireland Baldwin. De tanto en tanto aparece en cine, se conoció hace un tiempo que vendió una de sus propiedades por falta de liquidez y maneja como puede su tendencia a la agorafobia. Además, mantiene una discreta relación con el estilista Mitch Stone.

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noviembre 6, 2021 - 3:00 pm

Por: Staff

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