La Conquista, un episodio no resuelto para el imaginario popular, plantean investigadores

En agosto próximo se cumplirán 500 años del aprisionamiento del tlatoani Cuauhtémoc en Tlatelolco, hecho que se considera el punto culminante de la conquista de los mexicas por parte del ejército de Hernán Cortés y sus aliados indígenas. Y aunque de tal acontecimiento nos separa medio milenio, las reacciones a los eventos históricos que este 2021 se han evocado, muestran a los mismos como capítulos no resueltos de nuestro pasado común.

Así lo consideraron panelistas reunidos en el conversatorio virtual “A 500 años de la caída del Cuauhnáhuac”, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con la participación de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), quienes indicaron que las conmemoraciones que ahora cumplen cinco siglos, representan una oportunidad para difundir lo sucedido entre mayores públicos.

En la transmisión, a través del canal INAH TV de YouTube, como parte de “Contigo en la distancia”, de la Secretaría de Cultura, autoridades del Museo Regional Cuauhnáhuac, Palacio de Cortés, refirieron que hay muchos sucesos ocurridos en 1521 que aún hoy podrían indignar a quien leyese acerca de ellos, pero no puede negarse su existencia ni sus efectos.

Lo anterior, dijeron, tampoco debe llevar a una negación de la hispanidad como sucedió en dicho recinto museístico, cuya apertura, en los años 70, se ocupó de borrar todo rastro español: cubriendo con cemento un escudo de armas de Hernán Cortés; abriendo ventanas arqueológicas sobre la propia cimentación del inmueble, compuesta a su vez por remanentes de estructuras tlahuicas, y cambiando por decreto el nombre del edificio, el cual popularmente es conocido como Palacio de Cortés.

Las autoridades del espacio cultural refirieron que la pausa derivada del confinamiento por la covid-19 y de las labores de restauración para atender los daños que sufrió el inmueble por el sismo del 19 de septiembre de 2017, generará las condiciones para tener un guion museográfico más imparcial, que deje de lado la “historia de bronce” y muestre el devenir desde antes de la existencia del Cuauhnáhuac, la capital tlahuica al momento de la llegada de Cortés, ya que en la época prehispánica no todo el territorio del actual estado de Morelos era de filiación tlahuica.

Como parte del conversatorio, el historiador de la UAEM, Jaime García Mendoza, adscrito a la UAEM, y la arqueóloga del INAH, Laura Ledesma Gallegos, analizaron lo que implicó el sojuzgamiento de la región del Cuauhnáhuac y de otros señoríos, como los de Huaxtepec, Yautepec, Yecapixtla y Xiuhtepec, en los primeros meses de 1521.

Señalaron que después de la llamada Noche Triste, a mediados de 1520, la estrategia de Cortés se enfocó en tres fases: la primera fue asegurar la ruta entre Tlaxcala y la Villa Rica de la Veracruz, ciudad, esta última, a la que fueron arribando más navíos que reforzaron la presencia hispana en tierra continental.

La segunda fase se ocupó de consolidar el dominio de Cortés y sus aliados en el perímetro de la Cuenca de México, lo que implicó guerrear con pueblos leales a los mexicas en Totolapan y Tlayacapan, o bien establecer alianzas con señoríos vasallos que deseaban librarse del yugo de sus opresores.

Así, apuntó Jaime García, una vez cerrado el cerco sobre la gran laguna, la tercera etapa fue iniciar el asedio final sobre la ciudad de México-Tenochtitlan.

Los investigadores concluyeron que aun cuando en Morelos existen heredades forzadas, como el cultivo de caña, introducido por los españoles en el siglo XVI, esos arraigos “no dejan de ser morelenses y mexicanos”. De allí que, coincidieron, las conmemoraciones de este 2021 “deben llevarnos a repensar el pasado y forjar una mexicanidad más sana”.

abril 26, 2021 - 10:30 am

Por: Staff

Cultura

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