Marta Turok comparte cómo aprovecha las herramientas tecnológicas para investigar durante el confinamiento

En este confinamiento debido a la pandemia por el Covid-19, el quehacer cotidiano desde la oficina-hogar ha sido un interesante ejercicio de organización del tiempo y el espacio, el cual en raras ocasiones se alarga por tantos meses.

Para la antropóloga Marta Turok, esta serie de actividades divididas entre el trabajo formal institucional, el tiempo para ordenar su casa, el seguimiento a proyectos y las constantes invitaciones a participar en reuniones virtuales, a las que se creía incapaz de domar, han sido lo que la ha mantenido ocupada en este aislamiento social.

En el segundo ciclo de conferencias “Cultura y patrimonio en la actualidad”, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de su representación estatal en Morelos y el Museo Regional Cuauhnáhuac, Palacio Cortés, la especialista en textiles tradicionales mexicanos compartió en una charla virtual algunas de las experiencias vividas en estos meses recientes.

Y cuando te creías digitalmente incapacitado, se abrieron otras vías para la investigación y promoción cultural, es el título de la ponencia que, en un sentido más anecdótico, brindó Turok en esta actividad como parte de la campaña “Contigo en la Distancia”, de la Secretaría de Cultura.

Comentó que ha participado en charlas virtuales; ha retomado el estudio de la vida y obra de la Frida Kahlo para participar en tres videos cortos en torno a la pintora; continua con las acciones de procuración de fondos y conservación del caracol púrpura, uno de los aspectos más importantes de lo que llama antropología aplicada.

“Y luego, una cosa mucho más personal: escombrar espacios donde las memorias se agolpan a través de objetos heredados que me han estado incitando de tiempo atrás, pero no había podido hacer, a escribir un capítulo de las artesanías de la década de 1960, que me tocó vivir”, comentó.

Relató que, a propósito de los 100 años del nacimiento de Frida Kahlo, fue invitada por las restauradoras Magdalena y Denise Rosenzweig, para profundizar en la catalogación de la colección de indumentaria de la pintora.

“Todos los lunes, durante casi un año, iba al museo y cada semana revisábamos diferentes cosas, actualizaba la base de datos de ese acervo y también investigábamos sobre lo que Frida vestía, qué se ponía y en qué contexto”, explicó.

Llegada la pandemia, Hilda Trujillo, directora de los museos Frida Kahlo y Anahuacallil, la invitó a hacer tres videos cortos que abordaran la aportación de las mujeres a la equidad, a través de la creación del arte popular.

En el video “Indumentaria de Frida Kahlo”, Turok se enfocó en cómo la pintora iba incrementando el uso de la indumentaria étnica dándoles así visibilidad a miles de tejedoras y bordadoras anónimas de pueblos y comunidades indígenas”.

En “Detrás de la historia. Frida Kahlo tehuana”, gracias al cuadro Aurora Reyes, Concha Michel y Frida Kahlo (1949), Marta Turok retomó la relación de amistad de estas tres mujeres que tuvieron que ver con el Istmo de Tehuantepec. Finalmente, para el tercer audiovisual, “Una mirada a las colecciones de arte popular de Frida y Diego”, basó su investigación en el libro En busca de Frida, de Marta Zamora.

El cuidado del caracol púrpura

Sobre la labor a la cual la especialista ha dedicado parte de su vida desde 1983, la preservación, cuidado y difusión del caracol púrpura, recordó que, por aquellos años, recibió una denuncia de un americano que decía que unos japoneses estaban extrayendo el caracol púrpura, para teñir unas madejas de seda y que los mixtecos de Pinotepa Nacional no estaban contentos.

“Esto me llevó a un programa de vida que no puedo soltar. Hace poco alguien me preguntó hasta cuándo, a lo que le dije que hasta que yo viera que hay caracol para la siguiente generación, tanto el recurso natural como los jóvenes mixtecos que lo preserven”.

Destacó que, en 2018, surgió la posibilidad de que la cooperativa solicitara un fondo a una convocatoria del Fonca con la Fundación Alfredo Harp Helú de Oaxaca. Hace dos años crearon la página de Facebook Tintoreros Mixtecos y Amigos del caracol púrpura y, recientemente, a través sus gestiones, acaban de darles un financiamiento del Fonca para realizar una página web que reúna todo el material de investigación que hay sobre esta especie, “para que se informe a la gente y puedan seguir buscando recursos para su conservación.

“Otro de los objetivos en el confinamiento era escombrar la casa. Tras la muerte de mi madre, en 1998, quise hacer una revisión de sus cosas, quería trabajar el tema de las artesanías en los años sesenta, que yo viví como niña”, mencionó.

Narró que su madre puso una tienda de artesanías en la Zona Rosa, cuyo legado le da para hacer un ensayo entre autobiográfico y biográfico, “pero que ponga en perspectiva a las personalidades que estuvieron en México y que se vincularon con comunidades artesanales o que trajeron una técnica y la desarrollaron más como artesanía urbana o neoartesanía, como les llamaban”.

Uno de estos personajes fue el artista plástico Manuel Felguérez (1928-2020), a quien su mamá, Ella Turok, conoció en su tienda-galería “El Mezzanine”. “De él, dentro de las cosas de mi madre, heredé un lindo león (pequeña escultura-artesanía) de una línea de animales que Manuel desarrollaría junto con otras figuras de su hermano Luis; esa es una de las etapas poco estudiadas de él, la de artesano-artista”.

Después de cerrar su tienda, su madre instaló una galería de arte, en asociación con alguien de apellido Wasserman, de 1963 a 1965. Ahí, Marta Turok recordó haber visto expuesta la escultura Mano silla, de Pedro Friedeberg, y al hacer una revisión de las pertenencias de su progenitora, descubrió un par de prototipos de la pieza, lo que la maravilló.

“Este tiempo me ha permitido juntar las cosas, abrir carpetas y empezar a reunir la información de algo que pretendo convertir en libro, ensayo o exposición”, finalizó.

julio 29, 2020 - 7:00 pm

Por: Staff

Cultura

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