Mis Treinta: El melquiadismo

Melquiades Morales Flores asumió la gubernatura de Puebla el 1 de febrero de 1999, pero desde un inicio su gestión tuvo que hacer frente a varias desgracias naturales.

Acababa de asumir el poder cuando el 15 de junio de ese año, cuando un sismo de 7 grados en la escala de Richter, con epicentro en Puebla, a 20 kilómetros al sur de Tehuacán, sacudió una buena parte del territorio de la entidad, dejando a su paso, muerte y devastación.

Iglesias, templos, casas y miles de inmuebles en todo el estado se vieron afectados, debido a este fenómeno telúrico que puso a prueba la capacidad del ejecutivo en turno.

Aún no se había recuperado la entidad del sismo, cuando a finales de septiembre y principios de octubre de ese 1999, lluvias como pocas veces se habían visto en la historia de la entidad azotaron a la Sierra Norte y Nororiental de Puebla, arrasando a su paso poblaciones enteradas y colonias como en Teziutlán, en donde “La Aurora” fue totalmente enterrada por una avalancha de lodo que se estima sepulto a más de 200 personas a su paso.

Cerros completamente desgajados se podían observar desde el aire y carreteras destruidas. La dimensión del desastre fue bautizada por el entonces presidente Zedillo como “La tragedia de la década”.

En el 2000, Melquiades Morales atestiguó la caída del PRI, su partido, el instituto político, que había gobernado de manera hegemónica nuestro país, por más de 70 años.

En su tercer año, Morales Flores sufrió la inesperada muerte de quien se podía considerar, iba a ser su “delfín”, el empresario radiofónico, Rafael Cañedo Benítez, quien murió en un plancha del hospital Ángeles de la Ciudad de México, se había operado de un viejo problema pulmonar, precisamente para prepararse en la búsqueda de Casa Puebla.

También había visto como su segunda carta, Carlos Alberto Julián y Nácer, había caído derrotado el primer domingo del mes de noviembre, ante el panista y ex yunquista, Luis Eduardo del Sagrado Corazón Paredes Moctezuma.

Por si fuera poco, como lo señalé en la pasada entrega, se había visto obligado a cancelar el llamado “Proyecto Milenium”, el que se decía iba a ser el mega proyecto de su administración, luego de ser derrotado por un puñado de campesino de la organización “Zapata Vive”, originarios de la región de Tepeaca y san Pablo Actipan, a quienes encabezaba, Concho Colotla.

La única buena noticia para el entonces mandatario es que a inicios del 2002, para ser exactos el 15 de febrero, su odiado adversario, el mixteco, Mario Marín Torres, había dejado la presidencia municipal de Puebla y partía sin ninguna posición que le permitiera proyectarse rumbo al 2004, por el contrario, tenía el problema de sus cuentas públicas y sus principales funcionarios estaban en el “ojo del huracán”, encabezados por el entonces secretario de obras, Javier García Ramírez, a quien Intolerancia le había documentado, a través de Zeus Munive, Héctor Hugo Cruz y Alejandro Camacho, varias anomalías, algunas tan célebres, como la adquisición de un caballo “pura sangre” a costa del erario público, el llamado “Tequila”.

A inicios también el 2002 el PRI, el partido del entonces gobernador Melquiades Morales, vivió su primer proceso interno para renovar a la dirigencia nacional de este partido, entre el tabasqueño Roberto Madrazo y la tlaxcalteca, Beatriz Paredes Rangel.

Roberto llevaba como su compañera de fórmula a la maestra Elba Esther Gordillo, con quien después tendría fuertes diferencias, las cuales involucrarían a Puebla.

La entidad vivió episodios muy apasionantes de esta lucha entre priistas e Intolerancia dio cuenta como nadie de la pugna entre el bando melquiadista que apoyaba a Paredes y el marinista que apoyaba a Madrazo.

Melquiades Morales puso al frente de la operación política a favor de Beatriz Paredes a su “hijo político”, su todo poderoso secretario de Finanzas y Desarrollo Social, Rafael Moreno Valle Rosas, quien puso todo el apoyo de la estructura gubernamental a favor de la tlaxcalteca y de su representante el ex gobernador del Estado de México, Ignacio Pichardo Pagaza.

En tanto, el hijo natural del mandatario, Fernando Morales Martínez, se alió de manera directa con el tabasqueño Madrazo, con quien tenía una muy buena relación, a través del chiapaneco, Sami David David, a quien llama su padre político. El enlace de la campaña de Madrazo en Puebla, era el ex gobernador de Durango, Maximiliano Silerio Esparza.

El ex presidente municipal de Puebla, Mario Marín Torres, también se sumó a favor de Roberto Madrazo; incluso, grabó unos spots a favor del tabasqueño, aunque ya había dejado la administración pública, en realidad era la voz de Mario la que se escuchaba en los mensajes, sino la de su hermano, René quien lo había grabado por el originario de Nativitas, quien ya se encontraba fuera de Puebla, cosa que también se documentó, magistralmente a través de las páginas de Intolerancia.

La lucha fue dura y cruenta entre ambos grupos en disputa, un día el entonces representante de Roberto Madrazo en Puebla, el ex gobernador, Maximiliano Silerio Esparza, convocó con urgencia a una rueda de prensa en el hotel Lastra para denunciar la abierta intervención del gobierno del estado a favor de la campaña de Beatriz Paredes, yo estaba presente y puse mucha atención en las palabras del viejo ex mandatario.

Silerio acusaba directamente al entonces secretario de Finanzas del gobierno de Melquiades Morales Flores, de operar una “estructura paralela” y desviar recursos económicos a favor de la campaña de la tlaxcalteca.

La nota era todo un escándalo, yo había hecho una muy buena relación con Silerio y con Fernando Morales, este último era íntimo del otro director del periódico, Enrique Núñez, por lo que teníamos toda la información de primera mano por parte de lo que ocurría al interior de la campaña de Madrazo, su hijo Pico (Federico) estudiaba en la Ibero Puebla y encabezaba a un grupo de jóvenes que querían incursionar en la política como Juan Carlos Natale y Gerardo Islas Maldonado.

Por su parte, Mario Alberto Mejía mantenía una excelente relación con el Grupo Finanzas, a través de Moreno Valle, Fernando Manzanilla y Eukid Castañón, además de la cercanía que lo unía con Melquiades Morales Flores.

El 2 de marzo de 2002, Roberto Madrazo se alzó con el triunfo sobre Beatriz Paredes Rangel, aunque en Puebla había ganado la tlaxcalteca.

El tabasqueño era el nuevo líder nacional del PRI y se iba a convertir más adelante en un factor determinante para la sucesión que ya se veía venir en el 2004.

A mí se me había quedado una duda, ¿Qué era la estructura paralela, la cual, dijo Silerio que operaba Moreno Valle?

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Twitter: @riva_leo

septiembre 5, 2021 - 6:00 pm

Por: Ricardo Morales Sánchez

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