Que no quede huella por vergüenza

Se habla mucho de romper estereotipos sin entender la importancia que tiene logarlo. Este claro objetivo no es más que parte de la lucha de igualdad y derechos humanos. Los estereotipos son parte de estos idearios colectivos que rigen nuestra sociedad; generadores de discriminación ya que en todo momento recuerda la distinción, exclusión o restricción sobre una persona, en función de su sexo que deriva en desigualdades que separa a los seres humanos.

Los estereotipos escriben una historia con una huella irreparable y dolorosa en la vida, limitando las oportunidades y los sueños, nos marcan un ritmo de todo aquello que se “debemos hacer” para tener aceptación como mujer o como hombre en esta sociedad. En gran parte de las ocasiones si no encajas en este constructo limitado por roles se produce discriminación y exclusión en los ámbitos tanto privado como en el público.

Las huellas que van dejando al paso del tiempo son las inseguridades con las que se desarrollará todo ser humano, generando vergüenza y culpa si no se asumen estas reglas dictadas por tradiciones, usos y costumbres que se encuentran permeadas en sociedades desiguales como la de México.

Al no cumplir con estas “normas” se suele sentir una exposición con emociones que nos llevan a una valoración negativa de nosotras mismas o nuestras acciones hacia las y el demás desde una timidez, retraimiento hasta ansiedad asumiendo sentimientos de inseguridad y una búsqueda constante de aprobación por los que nos rodean.

Y es así como la huella de la vergüenza se manifiesta cuando se ha quebrantado una norma social marcada por los estereotipos a los cuales debemos aspirar, temiendo recibir críticas, obliga apegarnos al cumplimiento para ser aceptada. De lo contrario si llegamos a infringir estos estereotipos se activa nuestro sistema de protección y amenaza al ser descubierta provocando un malestar, incomodidad y dolor moral.

Y esta misma emoción nos va ha llevar a otro sentimiento que es la culpa derivada del hecho contrario a sus valores (impuestos) misma que genera un cambio en el comportamiento autodestructivos y que en su mayoría no busca una solución sana.

Por tanto, si tu identificas que los estereotipos están inmersos en tu vida con estas afectaciones es recomendable dejar de concentrarte en lo que dicen o dirán las y los demás, aceptando tu forma de ser, que seguramente será distinta a los patrones expuestos por la sociedad y que se tendrá que concientizar que esta situación no te hace peor persona.

Dejemos de darle valor las suposiciones que harán de nuestras acciones, de cómo somos, de lo que soñamos o a quien amamos. Superemos esta vergüenza y rompamos con los estereotipos que tanto nos separan de nuestra esencia y de nuestro proyecto de vida. Recuerda que si algún estereotipo o culpa te martiriza y consideras no puedes superarlo sola, puedes recurrir a pedir ayuda para controlar tus emociones y pensamientos para que no se transforme en algo toxico y perjudique tu desarrollo, crecimiento y puedas alcanzar tus sueños.

No invisibilices tu sentir, tus emociones, acepta tu realidad, el contexto en el que estas hoy desarrollándote, lo que quieres de tu vida sin limitantes y lejos de todos los estereotipos que te pueden separar de tu propia felicidad.

Escribe tu propia historia aceptándote tal cual eres y que no te importe lo que diga la gente.

julio 10, 2022 - 10:00 am

Por: Gaby Bazán

Columnistas

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