Capítulo 6. El gobernador soy yo

Martha, la gobernadora caída

El uno de febrero de 2017, Tony Gali rendía protesta como nuevo gobernador de Puebla, se cumplía un sueño más dentro de su vertiginosa carrera política y se convertía en el primer mandatario estatal de ascendencia libanesa, la segunda colonia extranjera más importante de Puebla.

A la par de que Gali rendía protesta, Rafael tomaba rumbo hacia la Ciudad de México, a donde se iba a asentar, para dar inicio a su campaña rumbo a la presidencia de la República. Su libro “La Fuerza del Cambio”, le había dado el pretexto perfecto al exmandatario poblano, para recorrer todo el país.

No obstante, en la ruta por hacerse de la candidatura del PAN a la presidencia de la República, Rafael había cometido un gravísimo error del cual no reparó, hasta que ya no pudo hacer nada para evitarlo, apoyó al queretano, Ricardo Anaya Cortés para hacerse de la dirigencia nacional del PAN y a la larga esta decisión, la pagaría muy caro.

Desde que Rafael arribó al PAN en el 2006, comenzó a tejer una serie de alianzas, con personajes sumamente influyentes de la cúpula nacional del albiazul, aunque en todo momento estuvo enemistado con el Yunque.

Ya siendo gobernador de Puebla, su influencia creció dentro del panismo nacional, de tal modo que en el 2012, fue un factor fundamental para lograr que Gustavo Madero se impusiera a Roberto Gil Zuath, quien era el secretario particular del expresidente Felipe Calderón, en la lucha por la dirigencia nacional del albiazul.

Madero llevaba como compañero de fórmula a un joven sumamente ambicioso, que había nacido en Querétaro y que se había desempeñado como secretario particular del gobernador de aquella entidad, Francisco Garrido, quien le permitió enriquecerse a través del boyante mercado inmobiliario que en ese entonces se detonaba en este lugar.

El llamado “joven maravilla” traicionó a su mentor el gobernador Garrido y convirtió esta práctica, en un atributo personal que le permitió crecer políticamente en un lapso realmente corto.

Tras romper con su antiguo maestro, Anaya se apoderó el panismo en Querétaro y se hizo líder del Congreso local, de ahí saltó a la subsecretaría de Turismo en la administración federal de Felipe Calderón y apoyó a Roberto Gil Zuath en su lucha por hacerse de la dirigencia nacional del albiazul y aunque este perdió ante Madero, la negociación lo llevo a una diputación federal plurinominal y más tarde a la secretaría General del PAN, al lado de Madero.

En 2013 se necesitaba a un presidente de la cámara de diputados que fuera dócil, para conducir los trabajos del mal llamado “Pacto por México” y en un golpe de suerte, Anaya arribo a esta posición con el apoyo del presidente Peña, quien había encontrado un buen “aliado”.

El “joven maravilla” seguía en ascenso para el 2015, Anaya se convierte en el dirigente nacional del PAN, luego de cubrir una licencia de Madero, quien buscaba una diputación federal.

Con el apoyo del entonces todavía gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, Anaya decide traicionar a Madero y se convierte en el nuevo dirigente nacional del albiazul, en acuerdo con el poblano, de que lo ayudaría a convertirse en el candidato del panismo para la presidencia de la República en el 2018.

Este acuerdo, resultaría fatal para Rafael, pues este error de cálculo, le termino por costar la candidatura a Los Pinos, aunque también de cierta forma, lo salvo de lo que hubiera sido una durísima derrota frente a Andrés Manuel López Obrador, a quien de ninguna manera hubiera podido derrotar.

En Puebla las cosas habían cambiado de manera diametral, el clima de tensión que se había generado por el morenovallismo y su peculiar estilo de ejercer el poder había desaparecido.

En “El Príncipe”, Nicolás Maquiavelo dijo que el gobernante debe siempre de elegir si quiere “ser amado o quiere ser temido”. Rafael eligió ser temido y hasta por algunos odiado, en cambio Tony Gali siempre quiso ser amado.

Gali sabía que su administración era demasiado breve, como para comenzar a construir enemistades, aunque tampoco estaba dispuesto a dejar hacer, dejar pasar, pero su estilo era mucho más conciliador que el de su antecesor y amigo.

Tony amaba a su familia, a sus orígenes y por supuesto a Puebla, lugar en el cual siempre ha querido vivir, nunca paso por su mente el irse a vivir a otro lado al terminar su mandato, por su parte Rafael, siempre le confió a sus cercanos que terminando su mandato en Puebla y si no le salían las cosas como él quería, tomaría sus maletas y regresaría a su ciudad favorita, Nueva York, en donde había vivido y desarrollado una buen parte de su vida.

Pero las cosas para Gali como gobernador no serían nada fáciles, si bien es cierto que su llegada a casa Puebla, significó un remanso de paz para todos los actores políticos de la entidad, el morenovallismo sería de manera constante, una piedra en el zapato para el mandatario.

Muchos “morenovallistas” consideraban que Rafael seguía siendo el gobernador y se dirigían a él para pedirle cosas o para que interviniera en caso de alguna desavenencia, se jactaban de que Gali solo era un administrador y esto por supuesto molestaba e irritaba a Tony.

Durante los últimos días de la administración de Rafael, el periódico Cambio había publicado un reportaje demoledor, en contra de quien fuera el secretario de Salud a inicio de esa gestión y líder del Congreso local, Jorge Aguilar Chedraui, al cual se la acusaba de haber desviado recursos por más de mil 300 millones de pesos.

Muchos interpretaron esta acción como una revancha de Gali en contra del personaje que le había disputado dos veces la designación a la alcaldía de Puebla y luego a la gubernatura del estado.

Diversos mensajes le fueron mandados a Jorge, sobre todo en contra de quien fuera su subsecretario y mano derecha, Gabriel González Cossío, a quien se decía, lo iban meter a prisión.

Estas acciones incrementaron la tensión entre Gali y el grupo morenovallista, principalmente con tres personajes, Patricia Leal, Jorge Aguilar y especialmente con Eukid Castañón, con quien había una animadversión personal, desde el 2013, la cual fue creciendo.

Gali ya les había mandado un mensaje claro “el gobernador soy yo”, y es que Tony tenía que lidiar de manera constante con quienes lo iban a acusar con Rafael, pero también con aquellos que ya comenzaban a también a buscar a la secretaría General del PAN, Martha Erika Alonso, la cual ya “olía” a candidata.

En medio de toda esta tensión, Rafael intentó mediar y a finales de febrero del 2017, invitó a Tony Gali López y a su esposa a irse de vacaciones con él y con Martha al bellísimo punto de montaña de Canadá, llamado Whistler.

Los cuatro se fueron a esquiar a uno de los mejores lugares que existen en el mundo para practicar este deporte, el acto parecía era el punto de reconciliación entre los dos grupos, pero además se traducía como el hecho de que Tony Jr seguía en los planes de Rafael para el futuro, quizá para el Senado de la República en el 2018.

El gabinete de Tony estaba integrado por hombre y mujeres que tenían su sello, aunque tres personajes habían permanecido en sus cargos, la secretaría de Educación, Patricia Vázquez del Mercado, a quien se identificaba ya como posición de Martha Erika, Rodrigo Riestra al frente de Medio Ambiente y Desarrollo Rural y Diódoro Carrasco Altamirano, quien había llegado a esta posición durante la administración de Rafael y se consideraba como un puente entre ambos personajes.

Una vez más parecía que la calma había regresado al paraíso moreno-galicista, tanto Diódoro Carrasco como Luis Banck Serrato trataban de mediar entre ambos grupos, para tratar de que se mantuviera el equilibrio entre ambos bandos.

Pero la ruptura era inevitable y muchos agentes trabajaban para que así fuera.

Si bien Tony Gali era en los hechos el titular del ejecutivo, Moreno Valle seguía influyendo y tomando decisiones, lo cual era sumamente molesto para el gobernador, quien tenía que acordar con Rafael, muchas de las decisiones más importantes, tanto en lo político como en lo administrativo.

Por si fuera poco, Martha Erika ya también era un factor de poder y en torno a ella se buscaban alinear muchos de los “morenovallistas puros”, los cuales se sentían desplazados por la gente de Tony Gali, pero para su sorpresa, Martha tenía otros planes.

Y es que resulta que mientras Martha más se acercaba al panismo, más se identificaba con los ideales de este partido, en la ideología del bien común y trataba de congraciarse con la antigua militancia del albiazul, desplazada desde un inicio por su esposo.

Alrededor de Martha Erika se formaba un nuevo equipo, en donde había cabida para todo tipo de personajes. Los más cercanos a su equipo eran, Sandra Izcoa, Jorge David Rosas Armijo, Israel Mancilla, quien se hacía cargo de sus asuntos electorales, Jesús Giles, el líder estatal del PAN, el entonces diputado, Francisco Rodríguez Álvarez, el ex delegado del IMSS, Francisco Fraile, Eduardo Tovilla Lara, entre otros personajes.

Martha estaba convencida de que se necesitaba “sangre nueva” tanto en la administración pública como en el PAN y aunque tenía deferencias con algunos personajes que habían trabajado en la administración de su esposo, buscaba a toda costa, marcar su distancia de algunos otros.

Con Gali, Martha Erika mantenía una relación de fría cordialidad, debido a que Tony, nunca quiso asumirse netamente como un gobernador panista, sino como un mandatario ciudadano y con lazos con todos los partidos políticos.

En el fondo Tony, sentía una profunda animadversión por los panistas, “los blue jays”, como los llamaba, los “azulejos de Toronto”, los cuales decía, eran demasiado dogmáticos.

No obstante, mantenía contacto, tanto con la dirigencia nacional del albiazul, especialmente con Ricardo Anaya, como con la estatal y Martha Erika Alonso.

En medio de todo este ambiente, una bomba estalló y terminó de dividir a los morenovallista y a los galicistas. El gobernador Gali descubrió que él, su esposa y en especial su familia, eran objeto del espionaje telefónico desarrollado a través del sistema “Pegasus”, por parte de Eukid Castañón.

Gali había venido tomando una serie de decisiones que habían molestado a los morenovallitas” y al propio Rafael, de entrada había pactado con una buena parte de los detractores del ex gobernador, empresarios, políticos y medios de comunicación se adhirieron a la amnistía ofrecida por Tony, mucho de los enemigos políticos del morenovallismo, salieron de prisión, entre ellos, el líder de la 28 de octubre, Rubén Sarabia Sánchez, alias “Simitrio”.

La “bomba” de la intervención telefónica por parte de Eukid al gobernador y su familia, fue un escándalo mayúsculo y el punto de quiebra definitivo entre Tony y Rafael, el reclamo airado por parte del mandatario hacia su “amigo” y exgobernador de Puebla fue realmente fuerte.

Tony Gali López retó a golpes a Eukid Castañón, quien se jactaba de contar con conversaciones “sumamente graves” del gobernador Gali y de los integrantes de su familia.

De inmediato hubo repercusiones, Gali suspendió a la empresa que prestaba el servicio de llamadas de emergencia, el famoso 911, empresa que se dice estaba ligada a Eukid, quien en cualquier mesa que se sentaba afirmaba que se iba a vengar de Tony y que le iba a “romper la madre”.

Nada, ni nadie pudo hacer algo para tratar de remediar la situación, los últimos meses del 2017 transcurrieron de manera vertiginosa.

Las acusaciones en contra de Gali, sobre una posible traición hacia Rafael y Martha se multiplicaban, sobre todo porque el mandatario poblano, tenía una excelente relación con tres personajes cercanos al presidente nacional de Morena y casi seguro candidato a la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, el entonces vocero de AMLO César Yáñez, el líder sindical Pedro Haces Barba y el ex secretario general de gobierno y cuñado de Rafael, Fernando Manzanilla Prieto, quien ya se había ido a las filas del tabasqueño y cuya presencia, molestaba de manera extrema a Martha Erika, con quien existía una abierta animadversión.

Esta mezcla de intereses y poder, haría explosión en el 2018 y llevaría casi a la ruina al morenovallismo y a su candidata a la gubernatura.

Al final no recordaremos las palabras de nuestros enemigos sino el silencio de nuestros amigos. (Martín Luther King)

Fotos: Es Imagen / Archivo

diciembre 1, 2019 - 8:05 pm

Por: Ricardo Morales Sánchez

La gobernadora caída, Noticias Destacadas, Política

Te recomendamos: