Carta a un chairo

No lo sabemos porque no somos inmunólogos ni epidemiólogos y mucho menos médicos, sólo somos unos humildes reportero o por lo menos el que esto escribe, sí.

No lo sabemos pero todo este desmadre de que la gente salga a lugares en donde hay conglomeración, participe en fiestas Covid-19, no respete a doña Susana distancia es porque desde un principio Andrés Manuel López Obrador hizo mal.

Y ya sé que sus defensores van a salir a crucificarme pero hay que decir las cosas como son: López Obrador será el presidente del desempleo. Y su estrategia fue elaborar un discurso con frases esperanzadoras pero dirigido para su base votante, no para los otros, es para que sus simpatizantes no se le sigan yendo.

Para López Obrador es mejor hacer un discurso de “aplanar la curva”, “hay luz al final del túnel”, “domar al virus”, “vamos bien” y un largo rosario de frases que tienen la finalidad de llegarle a los que confiaron en él en el 2018. Los otros ni los ve ni los oye porque son fifis, conservadores, enemigos del pueblo y quién sabe qué más adjetivos.

Si se hubiera diseñado un plan de crisis, entonces, se diría la verdad, la neta, la realidad. Y se darían cifras certeras. No, estimados que hay que multiplicar por ocho, no fake news que salen desde el púlpito de las mañaneras. En crisis, lo primero que hay que hacer es admitir públicamente la realidad.

López Obrador lo que diseñó fue enviar a uno de sus subordinados, López Gatell, a enamorar cuarentonas y a colgarlo de la pica más alta en la concentración pública; un fusible que se puede cambiar cuando se funda, para que de pronto pidan con guiño de ojo en la televisora de confianza (TV Azteca) su renuncia para ponerse críticos y para que el propio presidente diga: “ay, ese Alatorre (Javier) se equivocó. Un error humano”.

¿A cuántos periodistas nos han dicho los políticos que lo que publicamos es un error humano?, a ninguno. Si fuera por ellos, muchos de nosotros ya estaríamos en la cárcel, seamos honestos.

Regresemos, López Obrador no ha sido claro, un día dice una cosa y al otro día cambia su discurso, recuerdan que mencionó que comiéramos en fonditas, luego que ya no. Dijo que nos abrazáramos luego que ya no. Total que la gente en la calle entra en confusión y hace lo que tiene que hacer, salir a trabajar, a veces ya no le importa porque quiere generar su propia inmunidad de rebaño.

El discurso del presidente está diseñado para ganar votos, para su rebaño inmune a los fifis, pero para perder vidas. Gana sufragios, pero pierde personas. Aumenta la curva de desempleo.

Ya no puede salir a admitir que mintieron en las cifras y reconocer que no son muertos por neumonía atípica sino por Covid-19, ya es muy tarde. Ya es mejor quedarse con el discurso de la esperanza porque en el 2021 hay elecciones y porque en esa fecha se definirá el futuro del país: la cámara baja del Congreso de la Unión.

Si se logra un contrapeso, habrá negociación y rejuego entre los actores políticos, si se mantiene una mayoría entonces las decisiones presidenciales y las ocurrencias como manejar el presupuesto al antojo del mandatario será un hecho, las leyes de educación, el meter las manos en las universidades públicas y privadas entre otras tantas linduras de la 4T.

López Obrador no ha pensado en cómo manejar una crisis sanitaria y mucho menos económica, no importa si las mini empresas y las pequeñas quiebran; no importa si es que hay 10 millones más de pobres como vaticina el Coneval, lo que importa es que al menos él pueda estar tranquilo los tres años que faltan de su mandato.

A lo mejor todo esto que se escribe no es real para ustedes y seré víctima de sus jitomatazos en redes, pero hay que decirlo, AMLO piensa en los pobres porque quiere que haya más desempleo.

Por cierto y ya para cerrar, un amigo que es maestro de bachiller (y por cierto seguidor de AMLO) me informa que no le han pasado su dinero a los chavos de aquí de Puebla, el que entregan bimestralmente y que tienen miedo que algún malora se lo haya quedado. Y que no son pocos estudiantes los que desde abril no reciben su dinero. El año pasado no recibieron un bimestre y como diría Jaime Mausan: “nadie sabe nada”.

PD: ahora sí, denme con todo los seguidores de López Obrador, total que yo solo soy un simple tunde teclas de mi no depende ni que la gente se quede en casa ni que no juegue futbol llanero ni que salga a fiestas.

mayo 20, 2020 - 9:15 pm

Por: Zeus Munive

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