El PAN, los ternuritas poblanos

En el Partido Acción Nacional corren como pollos descabezados: de un lado a otro y sin rumbo. No hay liderazgos. No hay dirección. No hay objetivos, no hay nada.

Vaya, ni las familias custodias han asumido el control de ese partido a nivel local, aunque nos habían amenazado con retomar el mando después de la trágica muerte de la pareja Alonso-Moreno Valle.

Están tan perdidos todos los liderazgos en el partido blanquiazul que será un advenedizo como Marko Cortés (tan simpático como un Memín Pinguín) quien defina quién será el candidato a la gubernatura del estado.

¿Dónde quedaron Eduardo Rivera, los Mantilla, los Puelles, los Espina, los Mondragón y todos esos que se decían pertenecientes al sistema de castas panistas y que salieron a eructar y vomitar contra el morenovallismo?

¿Dónde?

Las cartas con las que juegan, la neta ahora sí están muy chafas. Su caballada está paupérrima: Francisco Fraile es lo más cercano que tienen los yunquitos pero cuando fue derrotado en las urnas en el 2004 contra Mario Marín perdió su liderazgo, dejó de ser su pastor y el bastón de mando se lo heredó a Eduardo Rivera.

Los blanquiazules saben que Fraile ya no tiene el respeto ni el respaldo de finales de los ochenta y toda la década de los noventa, ya pasaron sus mejores años. Su discurso sobre la doctrina y la democracia es pura demagogia.

A Blanca Jiménez le falta mucho, pero muchísimo para asumir una candidatura a nivel estatal. En su cargo como legisladora le faltó punch, fuerza, representatividad, a lo mejor es una dama con buenas intenciones pero la neta la neta, no tiene el respaldo ni la fuerza para enfrentarse a Morena, le falta ver más bax.

Es algo muy curioso, ni los panistas tradicionales quieren a Ana Teresa Aranda como candidata, pues la sufrieron como lideresa estatal y peor aún, cuando fue secretaria de Desarrollo Social con Vicente Fox corrió a una buena parte de sus correligionarios que no comulgaban con ella de la delegación poblana. Y no fueron pocos a quienes les cantó las golondrinas.

Lastimó a muchos militantes del blanquiazul.

Todos los que han trabajado con Ana Tere saben muy bien que es un higadito la señora: la han sufrido, la han tolerado, la han aguantado, pero difícilmente se atreverían a jugar con ella nuevamente.

Pregúntenle a quienes fueron sus secretarios en el PAN estatal cuando fue el conflicto postelectoral en Huejotzingo. Investiguen cuando buscó contender contra Melquiades Morales y se agandalló la candidatura en 1998. Ana Tere es buena para la esgrima verbal, sin duda, pero no sabe ser líder, divide a los grupos y favorece a unos cuantos.

Pa’ pronto con Ana Teresa saldrían del morenovallismo para meterse en Guatepeor. Por lo menos Moreno Valle ganó todas las elecciones (haiga sido como haiga sido); la señora Aranda ha perdido todas.

Finalmente, Guillermo Velázquez tiene poco tiempo en el cargo como alcalde de Atlixco, al parecer no le ha ido mal en lo general. Su problema es que es un desconocido a nivel estatal. Es cierto que es mejor alguien así a quien ya tiene muchos negativos, no obstante, en su caso posicionar la marca en muy poco tiempo se ve complicado.

Cuenta con dos meses para darse a conocer en todo el estado. Su verdadero soporte es el PAN estatal, es decir, la mayoría morenovallista que se quedó con todo y su tristeza. Cuenta también con el respaldo de algunas familias custodias porque su hermano Felipe trabajó con algunos yunques.

Honestamente, el PAN no tiene con quién contender en esta elección: sin dinero, sin respaldos sociales o empresariales, sin estructura y sobre todo, quién le va a apostar a un partido en una elección que solo es de estructuras. La jornada electoral no es de contrastes, no es de preferencias, simple y llanamente es quien tenga más canicas.

marzo 5, 2019 - 9:55 pm

Por: Zeus Munive

Columnistas

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