La inseguridad, el talón de Aquiles

Morena tiene todo para ganar en las elecciones extraordinarias de junio: un presidente que repunta en la preferencias del pueblo bueno, un Luis Miguel Barbosa que en todas las encuestas arrasa tres a uno contra sus oponentes; la esperanza en la cuarta transformación que es muy alta, pero sino hacen algo para combatir la inseguridad, sus cifras alegres quedarán en el olvido.

No es que les quiera aguar su fiesta, pero por lo menos en Puebla capital y en la zona conurbada, la delincuencia ha aumentado. Antes, la nota roja era una sección de un periódico, ahora, ya es la información principal del medio, la de ocho columnas.

No vamos muy lejos, el viernes por la tarde en el Parque Puebla unos delincuentes dispararon contra una joyería, obligando a la gente a tirarse pecho tierra. Hay videos que se hicieron virales en redes sociales en los que se ve la desesperación de los clientes.

Unos días antes, en la 31 Poniente y 29 Sur, a unas calles del Colegio Americano, unos sujetos con metralletas dispararon contra agentes viales que les querían detener. Una bala perdida le pegó a un pasajero de un microbús.

Las calles de la ciudad de Puebla ya no son seguras. Los que por años vivimos en el Centro Histórico podíamos llegar a la casa a las tres de la madrugada caminando a sabiendas que no seríamos asaltados.

En los años ochenta, en la 22 Poniente entre 7 y 9 Norte, en el Barrio de San Antonio, una pandilla de adolescentes llamados Los Pitufos traían azorada a la sociedad de aquel entonces. No obstante, pese a que eran unos verdaderos pillos, no se respiraba tanta zozobra como ahora: antes, los asaltantes no andaban con armas de fuego.

Puebla se caracterizaba, pese a todo, en ser una ciudad tranquila. Siempre ha habido inseguridad, sería tonto decir que jamás hubo robos o asaltos. Lo más común era el hurto de autopartes: llantas, espejos y de vez en cuando algún cristalazo. Pero no se leían noticias de que en los camiones dispararan contra los pasajeros.

Esto que está ocurriendo no es un tema menor y las actuales autoridades municipales no deberían justificarse con acusaciones contra sus antecesores, puede ser que tengan algo de responsabilidad, pero eso no sirve de nada. A los ciudadanos no les importa quién fue el culpable sino que ya no exista esta ola de inseguridad. Se necesita ser ciego, sordo y tonto para no ver lo que pasa en las calles de la Angelópolis.

El partido Morena debe hacer algo al respecto si es que sus alcaldes no pueden con el paquete ya que este tema podría ser su dolor de cabeza en la campaña constitucional. Tienen la ventaja que el PAN está perdido y hundido en sus divisiones internas, que el PRI estará en una alianza de tácita, pero, la inseguridad será su talón de Aquiles.

No es señalar a algún presidente municipal en particular, cada quien sabe sus culpas y sus errores, se trata de que hagan algo urgente.

Son los primeros cien días los que se establecen para juzgar cómo gobernarán las autoridades en su mandato. Del 15 de octubre para acá ya son poco más de 120 días y cada quien saque sus conclusiones de cómo van a dirigir sus ayuntamientos.

La inseguridad, señores, es la inseguridad la que podría ser su veneno electoral así que urge, por su bien y por el de los que vivimos aquí, el antídoto.

febrero 20, 2019 - 9:50 pm

Por: Zeus Munive

Columnistas

Te recomendamos: