La maldición del 2021

Si un político dice que no está trabajando para la elección del 2021, miente. Todos de todos los partidos están metidos en la guerra por las alcaldías, diputaciones locales y federales, situación que podría generar parálisis porque por miedo al voto de castigo no le quieren entrar a los temas más polémicos: matrimonio igualitario y despenalización del aborto, por ejemplo.

Hay algunos alcaldes que andan todos flacos y ojerosos porque no duermen, pues cada que se acuestan abrazan sus respectivas almohadas y se hacen tremendas chaquetas mentales de que serán reelectos en el 2021. Su insomnio es tal que ya cambiaron no solo de casa y de carro, sino hasta de pareja porque ya se ven perpetuando el poder.

Pobres, si sus regidores no les aprueban sus cuentas públicas y su imagen como gobernantes dejan mucho qué desear a lo más que pueden aspirar es a que les aprueben sus cuentas públicas.

Les interesa más el futuro que trabajar y entregar resultados en el presente.

El 2021 ya está hasta en la sopa y los panistas mueren por regresar a habitar el Palacio de Charlie Hall, Morena sueña con que no sólo mantendría la mayoría del Congreso del estado sino hasta en la cámara baja del Congreso de la Unión y el iluso PRI piensa que con solo subir sus fotos y videos con efectos especiales a Instagram o a Facebook la gente saldrá a votar por ellos.

El 2021 es una maldición porque todos tienen puestos los ojos en esos comicios; por el lado de Morena: Gabriel Biestro piensa en despachar desde uno de los portales del zócalo ahora que se ha ganado la confianza del mandatario poblano.

Fernando Manzanilla aguanta todo tipo de críticas y comentarios, así como movimientos en la Secretaría de Gobernación con tal de que las fichas se le acomoden a su favor. Es uno de los personajes que más embates ha recibido en los últimos días y no dice nada a pesar del fuego amigo.

En la jugada aparece Olivia Salomón, titular de Economía, quien tiene buena relación con el sector productivo y de un tiempo para acá su nombre lo han cuidado y hasta parece que tiene buena prensa pues la llevan de la mano para construir su imagen.

Y en la reserva aparece David Méndez quien ha construido ya más por él mismo que por sus papás quienes son aliados al barbosismo. Rosa Márquez y Jorge Méndez son más bien del grupo de los bejaranos.

En el caso del panismo están metidos todos los que siempre quieren: Eduardo Rivera, Jorge Aguilar, Mario Riestra, Ana Teresa Aranda, Francisco Fraile, Humberto Aguilar y hasta impresentables como Pablo Rodríguez. Ahí la lucha será por control de egos pues si se pueden poner de acuerdo y anteponer más ganar que un deseo personal veríamos a todos esos líderes repartiéndose posiciones y no en actos de canibalismo político.

Del PRI mejor ni hablamos.

Seguramente los tricolores ganarán algunos ayuntamientos y sus respectivas diputaciones pero con la dirigencia estatal tan anodina como la que está ahora y con militantes buscando sacarse la foto con Morena y el góber poblano que ni como focas aplaudidoras tendrán mucho éxito.

El problema de todo esto es que como hay más atención en el futuro que en el presente, el 2021 está maldito porque las acciones de gobierno en cualquiera de sus ámbitos se paraliza o se pervierte más por los deseos personales que por los intereses de la gente.

septiembre 30, 2019 - 9:20 pm

Por: Zeus Munive

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